Ni marchas cortas ni frenazos: así se debe conducir cuando hay placas de hielo

Los firmes deslizantes en las diferentes vías se convierten en trampas para los conductores durante los meses más fríos del año.

Hielo en la carretera
Curva de una carretera cubierta con hielo. | Getty Images

Las bajas temperaturas que estos días asolan la Península están convirtiendo ciertos tramos de la red de carreteras en auténticas pistas de hielo, especialmente en zonas de montaña, áreas sombrías, puentes y túneles. La conducción en estas condiciones requiere máxima precaución para evitar accidentes.

El hielo en la carretera se forma cuando el agua presente en la superficie del asfalto, ya sea por lluvia, nieve derretida o humedad ambiental, entra en contacto con una masa extremadamente fría y se congela, provocando las temidas placas de hielo para los conductores. Estas condiciones suelen darse en horas de la madrugada y al atardecer.

¿Cómo conducir con hielo?

Al adentrarse con el coche en zonas en las que se puede haber formado hielo, lo primero es extremar la precaución y reducir la velocidad. Los movimientos bruscos con el volante, el acelerador o el freno pueden provocar pérdida de control. Es fundamental mantener una distancia de seguridad con el vehículo de delante mucho mayor de lo habitual.

Por otro lado, si no ha existido la opción de evitar la pérdida de tracción y el vehículo comienza a deslizar, lo más importante es mantener la calma. Es fundamental evitar pisar el freno bruscamente, ya que esto puede empeorar la situación. Ante este escenario, se debe soltar el acelerador y girar el volante suavemente en la dirección hacia la que se desliza el coche.

Consejos adicionales

  • Revisar el estado de los neumáticos: es requisito indispensable comprobar habitualmente (no solo en invierno) que las gomas tengan la presión adecuada y un buen dibujo para una mayor adherencia.
  • Utilizar neumáticos de invierno: si se vive en una zona donde las nevadas y heladas son frecuentes, es recomendable usar neumáticos de invierno.
  • Evita los cambios bruscos de dirección: la conducción invernal requiere realizar las maniobras de forma suave y progresiva.
  • Utiliza marchas largas: este truco ayuda a mantener el motor a bajas revoluciones y reduce el riesgo de patinaje.

Lo más importante es, como siempre, utilizar el sentido común y, ante la presencia de hielo en la carretera, lo más seguro es evitar conducir si no es estrictamente necesario. Si no queda otra que ponerse tras el volante, hay que informarse bien sobre el estado de las vías y equipar el vehículo con cadenas o neumáticos de invierno si la situación lo requiere. La seguridad propia y la de los demás están en juego.

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