¿Por qué el coche pierde potencia y consume más cuando hace calor?

En cuanto el termómetro supera los 35º, el motor baja de rendimiento y el consumo aumenta hasta un litro cada 100 kilómetro

Efectos calor coche neumaticos
Hay algunos componentes del coche que, en verano, tienen que soportar temperaturas de hasta 80 grados. | Getty

El verano ya está aquí y han bastado unos días para que la ola de calor se hiciera notar. Las altas temperaturas azotan todo el país y es en este momento cuando generalmente los conductores se acuerdan del aire acondicionado del coche.

Las altas temperaturas del verano resultan incómodas para todos, pero también son perjudiciales para el coche, incluso, probablemente más de lo que se piensa. Sufren los neumáticos y el motor, y también los frenos pueden dejar de funcionar correctamente. ¿Cuáles son los elementos que peor lo pasan cuando el termómetro se desboca?

¿Cómo afecta el calor al motor?

En cuanto el termómetro supera los 35º, el motor pierde unos 5 CV de potencia y el consumo aumenta hasta un litro cada 100 kilómetros. ¿Y por qué? Todos los motores necesitan introducir aire en los cilindros para que se queme el combustible, y el aire caliente contiene menos oxígeno: la mezcla se quema peor y el rendimiento decae. En los motores con turbo, que necesitan más aire para funcionar, la pérdida puede llegar a 15 CV.

Por otra parte, el sistema de refrigeración se ve más exigido, especialmente a velocidades bajas. El electroventilador tiene que actuar más y resta unos dos CV de potencia. Y el aire acondicionado, que en la mayoría de modelos usa un compresor accionado por el propulsor, hace que se pierdan otros cuatro CV.

Aguja de la temperatura del motor

Como ante esto no se puede hacer gran cosa, salvo llevar el filtro del aire bien limpio (porque apagar el aire no es una alternativa recomendable), resulta fundamental vigilar que la temperatura del motor no suba más de la cuenta.

La temperatura normal de un motor oscila entre los 90 y 100 grados, pero hay que tener en cuenta que esta cifra puede aumentar o disminuir dependiendo de las condiciones del coche. Siempre que la aguja esté en el medio, todo estará en orden. Si se acerca a la zona roja, como solución de emergencia debes encender la calefacción al máximo: así liberas calor del motor y evitas que este se queme. 

Con este indicador era sencillo comprobar, con un solo vistazo, si la temperatura del motor era muy baja o si era más alta de lo debido. Sin embargo, para ahorrar costes, muchos fabricantes han prescindido de él y lo han sustituido por un testigo luminoso que se enciende cuando el coche está a punto de sufrir un sobrecalentamiento.

Otros elementos afectados: neumáticos

A pleno sol en verano, a 40 grados de temperatura, el asfalto puede rondar los 60º y abrasar los neumáticos. Y si los llevas poco inflados, la banda de rodadura se desgastará todavía más. Por lo tanto, además de revisar la presión, debes realizar una conducción suave, sin frenazos ni movimientos bruscos. Así, se alargará la vida útil de las gomas.

Aire acondicionado

Por mucho calor que haga en el coche, no es recomendable poner el aire acondicionado a la máxima potencia: solo se conseguirá forzar el sistema más de la cuenta.

aire acondicionado coche

Nada más arrancar conviene que abrir las ventanillas para ventilar el vehículo y que la temperatura interior se aproxime a la exterior. Después ya se debe conectar el aire acondicionado.

Frenos

Al frenar, las pastillas de freno rozan contra el disco y alcanzan altas temperaturas. En verano su refrigeración es más complicada, por lo que resulta fácil que se sobrecalienten. En consecuencia, el coche frena menos y los discos pueden deformarse. Lo más recomendable, en bajadas prolongadas, es usar el freno motor engranando marchas cortas.

Carrocería y habitáculo

No solo los elementos mecánicos sufren a causa del calor. También se resienten la carrocería y el interior. Para evitarlo, dos consejos fundamentales: aparcar a la sombra y colocar un parasol. En el primer caso, conviene tener en cuenta el tiempo que va a estar parado el coche: podría ocurrir que se deje a la sombra y al recogerlo ya le esté dando el sol.

Y si se quiere mantener la pintura impecable a toda costa, se puede lavar el coche a menudo y usar cera con absorbente para rayos ultravioleta. Y en cuanto al parasol, este servirá para conseguir una temperatura interior menos extrema y para que el volante no queme, con lo que ganas en comodidad y seguridad. De paso, así se protegen los plásticos y revestimientos de a bordo.

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