La eficiencia en la conducción se ha convertido en un aspecto clave en los últimos años. No solo sirve para preservar el medio ambiente, también es algo que influye de manera positiva en la economía de los conductores.
Conseguirla es algo que está al alcance de cualquiera que se ponga al volante, desde la elección de qué coche comprar hasta la manera en que lo conduce, pasando por cómo lo equipa.
En este último aspecto, los neumáticos desempeñan un papel fundamental, tanto en la seguridad como en el comportamiento del automóvil. Todos pueden parecer iguales por fuera, pero el secreto radica en lo que no se ve, en su estructura, tecnología y materiales de construcción.
Michelin se presenta, en este sentido, como la gran referencia en movilidad sostenible en su sector. El 5% de su plantilla se dedica a la innovación de sus productos, con una inversión que supera los 650 millones de euros.
La importancia de la elección de los neumáticos
Los neumáticos son un elemento clave en el automóvil. Se trata de la única pieza que lo mantiene en contacto con el asfalto, así que su calidad y buen desempeño es capital para la seguridad de la conducción. Pero no solo eso, el calzado del vehículo también tiene un impacto considerable en su eficiencia.
Ya desde la elección del tipo de neumático que se va a montar entra en juego este aspecto, pues no es lo mismo emplear uno fabricado con materias primas de origen no renovable que otros que empleen las que sí lo son.
Michelin utiliza un 28% de materias renovables en sus neumáticos, está inmersa en cuatro proyectos de desarrollo para ampliar la cifra y tiene como objetivo llegar al 40% en 2030 y al 100% en 2050.
Y no solo eso, también emplea energía eléctrica que proviene al completo de fuentes renovables. A finales de esta década, quiere reducir en un 50% las emisiones de CO2 en la fabricación y la energía, aspirando a ser neutral en carbono ya en 2050.
Aunque donde más se aprecia la eficiencia del neumático es en el uso. Para mejorarla, Michelin ha introducido a lo largo de los años soluciones como la tecnología radial (hace más de cuatro décadas), que permite reducir en un 30% la resistencia a la rodadura, y la tecnología sílice (hace más de 20 años), que disminuye un 20% adicional la resistencia.
Por último, una vez termina la vida útil de las ruedas, su correcto reciclaje y aprovechamiento reduce de manera considerable los deshechos generados. Michelin forma parte del consorcio europeo BlackCycle con el que, a través de la economía circular, se producen neumáticos nuevos a partir de los que ya están fuera de uso.
La aportación de los MICHELIN Primacy 4+ y MICHELIN Pilot Sport 5
Michelin ya cuenta en el mercado con neumáticos que siguen esta filosofía de máxima eficiencia, como son los recién presentados MICHELIN Primacy 4+ y MICHELIN Pilot Sport 5.
Se trata de dos productos con enfoques diferentes, pero que en su base buscan la máxima eficiencia y han sido desarrollados para ofrecer el mismo rendimiento durante toda su vida útil, desde el día en que se montan hasta el que su dibujo alcanza el límite legal. Esto es posible gracias a la tecnología MICHELIN Michelin Maxtouch Construction, que se traduce en un desgaste más homogéneo y aumenta la duración del neumático.
Los MICHELIN Primacy 4+ se ofrecen en medidas para prácticamente todos los automóviles del mercado (entre 16 y 21 pulgadas) y mejoran el ya destacable rendimiento de su predecesor gracias a la tecnología MICHELIN Michelin EverGrip, que optimiza el agarre en mojado para evitar los peligros que derivan de la conducción con lluvia.
En cuanto a los MICHELIN Pilot Sport 5, han sido desarrollados para los modelos de talante más deportivo, por lo que potencian áreas como la precisión en la conducción y su reactividad en curva (MICHELIN Dynamic Response), así como el mayor control y agarre posible tanto en seco como en mojado (MICHELIN Dual Sport Design).
Otros consejos para una conducción eficiente
Al margen de una adecuada elección de neumáticos, existen otros hábitos de conducción que se pueden mejorar y repercuten directamente tanto en un ahorro de combustible como en una reducción de las emisiones.
Estos sencillos consejos son fáciles de aplicar y tanto el planeta como el bolsillo lo agradecerán:
- Al arrancar, conviene dejar que el coche caliente y conducir a bajas revoluciones para no forzarlo de manera innecesaria.
- Evitar los acelerones, ya que suponen un gasto de combustible innecesario. Es más eficiente conducir de manera progresiva.
- No revolucionar el coche en exceso: hay que circular en marchas largas para que se reduzca al mínimo el gasto de combustible.
- En autopista, utilizar el control de crucero para que sea el coche el que se encargue de mantener una velocidad constante.
- Anticiparse a lo que ocurre en carretera; observar con antelación un semáforo en rojo o un coche parado evitará los frenazos o acelerones.
- No llevar más carga de la necesaria en el maletero y no colocar bultos en la baca del techo si no es imprescindible, puesto que afectarán negativamente a la aerodinámica del vehículo.
- Llevar los neumáticos con la presión adecuada aumenta la seguridad de la conducción y no se producirá más contacto con el asfalto del necesario, ahorrando combustible.
La tecnología a favor de la eficiencia
No todo queda en las manos del conductor, sin embargo. La industria de la automoción también ha evolucionado buscando la mayor eficiencia posible, haciendo que los coches nuevos destaquen cada vez más en este campo, ofreciendo consumos cada vez más comedidos y rebajando las emisiones contaminantes en gran medida. Lo mismo que sucede con los neumáticos se encuentra en otros componentes de las mecánicas.
Los modelos de combustión tradicionales han seguido principalmente dos caminos al respecto. El primero ha sido el conocido como ‘downsizing’, es decir, emplear motores cada vez más pequeños y de menor gasto, pero que mantienen el rendimiento (e incluso lo superan) de los propulsores antiguos de mayor cilindrada.
El segundo ha sido la incorporación de aditivos a los combustibles. Estos productos químicos están desarrollados para mejorar la combustión, obteniéndose mayor potencia y un mayor aprovechamiento tanto de la gasolina como del diésel, lo que rebaja el consumo y permite aumentar la autonomía por depósito.
Además, en esta línea también destaca la incorporación del AdBlue en los vehículos de gasóleo. Este actúa como catalizador y descompone los óxidos de nitrógeno (NOx), perjudiciales para la salud, en sustancias inofensivas para el medio ambiente (N y H2O).
La llegada de la electrificación
La innovación más importante en materia de eficiencia en los últimos años para el sector del automóvil. La electrificación de los sistemas de propulsión ha permitido aumentar su rendimiento consiguiendo rebajar de manera sensible lo que gastan y lo que emiten.
Desde el pequeño apoyo que supone un sistema de hibridación ligera a la autonomía en modo cero emisiones de un híbrido enchufable, pasando por los equilibrados híbridos autorrecargables, esta tecnología ha supuesto un antes y un después en cuanto a la eficiencia de los coches.
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