¿Se pueden reclamar los daños que el túnel de lavado causa en el coche?

El uso de instalaciones diseñadas para el lavado automático está regulado y exige responsabilidades tanto a la empresa como a los usuarios.

Lavar coche
En caso de daños hay que dirimir quién es el responsable

Un túnel o tren de lavado es una estructura con una entrada y una salida que cuenta con una máquina fija que realiza la limpieza. Los automóviles, a su vez, se van moviendo gracias a la acción de una cadena que los impulsa a través del recorrido. 

En principio, todas las instalaciones de lavado para automóviles han tenido que pasar las inspecciones y homologaciones pertinentes para su emplazamiento. El fin es que no causen daños a ningún coche mientras efectúan su cometido, pero esto no siempre se cumple. Entonces, cuando hay daños, ¿quién es el responsable?

La responsabilidad de la empresa

En muchos negocios de lavado de automóviles hay un cartel que advierte a los usuarios que “la empresa no se hace responsable de los desperfectos que se pueda sufrir el vehículo”. Desde el punto de vista legal, este tipo de mensajes no tienen ninguna validez, ya que mostrar una exención de responsabilidad, no les libra de ella.

Es más, la empresa propietaria de la instalación tiene la obligación de responsabilizarse de todos los daños que pudiera sufrir el coche mientras que dura el proceso de lavado.

La jurisprudencia considera, de hecho, que los elementos que conforman estas instalaciones deben hallarse en condiciones de no causar daños a los usuarios.

La responsabilidad del usuario

No siempre la culpa de los desperfectos en un vehículo la tiene la empresa que presta el servicio. Los usuarios están también sujetos a cumplir con los requisitos del buen uso de las instalaciones. En cualquier caso, si el vehículo resulta dañado, es la empresa la que tiene que demostrar que ha cumplido con todas los requerimientos.

Así reza el artículo 147 de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios: “Los prestadores de servicios serán responsables de los daños y perjuicios causados a los consumidores y usuarios, salvo que prueben que han cumplido las exigencias y requisitos reglamentariamente establecidos y los demás cuidados y diligencias que exige la naturaleza del servicio”.

En definitiva, la empresa es la que tiene que demostrar que los daños no han sido causados por el túnel de lavado y sí por la negligencia del cliente.

Cómo actuar

La recomendación de diferentes servicios jurídicos es la de presentar una reclamación por escrito adjuntando un presupuesto de reparación. En caso de que la reclamación amistosa no prospere, habría que estudiar la conveniencia de presentar reclamación judicial.

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