Algunos coches ondean algo parecido a una bandera blanca usando uno de sus retrovisores exteriores como mástil. No todos: sólo aquellos que están parados y, a priori, abandonados en el arcén de la carretera. ¿Qué significa exactamente?
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Es una práctica empleada, principalmente, en Estados Unidos. No es necesario colocar una toalla: también sirve cualquier tela o bolsa, ya que la clave está en el color. Los conductores pueden usar cualquier cosa que tengan a mano.
Esta pequeña bandera blanca es un mensaje para otros conductores y para los agentes de tráfico. Significa que el vehículo no ha sido abandonado: se ha averiado y el conductor se ha ausentado temporalmente para buscar una solución, por lo que regresará para moverlo.
Otros significados
Esta señal, que figura en el manual del conductor de Carolina del Norte, puede, sin embargo, tener diferentes significados según el estado. En Minnesota, por ejemplo, puede indicar que el conductor o uno de los pasajeros ha sufrido un problema de salud y se han visto obligados a detenerse en ese lugar.
Hay quien cubre los espejos del coche con una bolsa, que puede ser blanca. Lo hacen para evitar una reacción instintiva de los pájaros: al ver su reflejo, creen que es otra ave que está invadiendo su territorio. En un intento por defenderlo, lo atacan con picotazos y aleteos que pueden causar daños en el coche.
Si el vehículo está en movimiento, una tela blanca informa que el conductor está transportando a alguien que tiene una emergencia médica. Al colocar en un lugar visible, como el retrovisor o la ventanilla, se pide prioridad al resto de conductores que serán conscientes de la urgencia.
Un pañuelo blanco en España
Esta señal es común en España. Si el vehículo de una persona tiene que ejercer como uno de emergencias, el código de circulación le autoriza a hacerlo, siempre que así lo anuncie con el claxon “en forma intermitente, conectando la luz de emergencia, si se dispusiera de ella, o agitando un pañuelo o similar”.
De esta manera, el resto de usuarios de la vía pueden favorecerle el paso. Eso sí, la persona que vaya al volante deberá respetar las normas de circulación. No existe excepción alguna cuando se actúa cómo un improvisado vehículo de emergencias.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.