Solo siete de cada diez estadounidenses usan los cinturones traseros

La cifra cae todavía más, hasta el 57 %, cuando utilizan servicios de transporte tipo Uber. No todos los estados de EE UU obligan a usar este sistema de retención en los asientos de atrás.

Cinturón
Las consecuencias por no usar el cinturón en los asientos traseros pueden ser muy graves.

A día de hoy, a pesar de las numerosas campañas de concienciación, todavía hay quien no utiliza el cinturón de seguridad. El Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), un organismo estadounidense independiente, ha realizado un estudio y la conclusión es que la gente todavía no es consciente de lo peligroso que resulta viajar sin cinturón, sobre todo en las plazas traseras.

Para llevarlo a cabo, han entrevistado a 1.172 individuos mayores de 18 años y el resultado es sorprendente: el 91 % utiliza siempre el cinturón en los asientos delanteros, pero solo el 72 % lo emplea en los traseros. ¿El principal motivo de esta diferencia? La concepción errónea de que la zona trasera es más segura que la delantera, por lo que usar el sistema de retención es innecesario.

Jessica Jermakian, coautora del estudio, pone de manifiesto el sinsentido: “Para la mayoría de los adultos es igual de seguro ir en los asientos traseros que en los delanteros, pero no si no estás atado. Y esto se aplica cuando montas en Uber, Lyft o cualquier otro vehículo de alquiler”.

Esta distinción final obedece a que, al utilizar este tipo de servicios, la tendencia se acrecenta: mientras que el 74 % de los participantes afirma usar siempre el cinturón al viajar en coches personales, la cifra cae considerablemente hasta el 57 % en servicios de transporte de este tipo.

Ese es otro aspecto que hay que tener en cuenta, ya que en Estados Unidos no es obligatorio por ley llevar cinturón en las plazas traseras, algo que sí está regulado en España. De los encuestados, el 40 % admitió que esta es una de las razones por las que no lo usan y que, de implantarse, hasta el 60 % lo haría de manera regular.

Para terminar, el estudio también concluye que muchos de los pasajeros creen que no atarse es una decisión que no afecta a nadie más que ellos mismos, algo que Jermakian desmiente: “En los asientos traseros el cinturón es el principal medio de protección en un accidente frontal. Sin él, los cuerpos pueden golpear fuertemente contra superficies duras u otras personas».

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