En la actualidad los coches son máquinas cargadas de tecnología que ayudan al conductor y se encargan de incrementar su seguridad. Sin embargo, las motos, aunque cuentan con ciertos dispositivos, no presentan soluciones tan completas y variadas. BMW Motorrad quiere avanzar un paso para estar más cerca de los vehículos de cuatro ruedas y ha creado un sistema de control de crucero adaptativo (ACC) para sus modelos.
Ha sido desarrollado junto con Bosch y su funcionamiento es idéntico al de los automóviles. Esta tecnología permite establecer una velocidad de crucero, que se mantiene inalterada hasta que la moto se encuentra delante un vehículo que circula más despacio. En este momento, el sistema rebaja el ritmo para mantener una distancia de seguridad, que se puede regular previamente con tres opciones diferentes.
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Una vez desaparece el vehículo que hay delante, ya sea por un cambio de carril o por otro motivo, el ACC recupera la velocidad seleccionada con anterioridad.
El sistema también funciona en curva, en cuyo caso adapta la velocidad de marcha para conseguir un ángulo de inclinación cómodo y en el que prime la estabilidad de la moto, buscando una conducción fluida sin frenadas ni aceleraciones bruscas.
Eso sí, BMW informa de que solo es capaz de reaccionar ante vehículos que están en movimiento, por lo que ante otros estacionados –ya sea en un semáforo o en un atasco– es el piloto el que se tiene asumir el control de la frenada.