La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se instauró en España en 1987, tras su aprobación en el BOE en diciembre de 1985. Su objetivo principal era reducir los accidentes de tráfico y mejorar la seguridad vial mediante el control del estado de los vehículos. Desde entonces, la medida ha logrado disminuir el número de siniestros relacionados con fallos mecánicos, contribuyendo también a la reducción de emisiones contaminantes en las carreteras españolas.
Aunque no en todos los países europeos es obligatorio que los diferentes vehículos pasen por estas instalaciones, Portugal ha logrado una victoria histórica para los motociclistas, parando la implantación de la inspección técnica. Ya que a partir del 1 de enero de 2025, las motos estarían obligadas a pasar la ITV. Tras 12 años de presión y negociaciones, el parlamento portugués votó en contra de la obligatoriedad de estas revisiones, dejando sin efecto la normativa que debía entrar en vigor en unos días.
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Mientras en España la ITV para motos está plenamente implantada y apenas genera debate, en Portugal el acuerdo parlamentario sorprendió por su firme oposición. Esta decisión también rompe con la tendencia europea, donde países como Francia han tenido que instaurarla recientemente debido a las presiones de la Unión Europea. Sin embargo, Portugal ha marcado un precedente al resistirse.
Votos en contra
Uno de los principales argumentos contra la ITV para motos es que los conductores son plenamente conscientes de la importancia de mantener sus vehículos en buen estado. Además, las estadísticas de siniestralidad no muestran que el mal estado de las motocicletas sea un factor determinante en los accidentes, como sí ocurre con otros tipos de vehículos.
El Grupo Acçao Motociclista, principal organización de motociclismo en Portugal, celebró la derogación como una “victoria histórica”. Tras 12 años de lucha constante, lograron que el gobierno portugués se pusiera de su lado. La votación del 5 de diciembre simbolizó el rechazo casi unánime de los partidos lusos a la medida, con la abstención de los diputados independientes.
¿Se sumarán más países?
Este cambio podría influir en otros países europeos. El caso francés, donde las protestas no lograron evitar la aplicación de la ITV, servirá como referente en los próximos años. Si las cifras no demuestran una mejora en la seguridad vial, ganaría fuerza el movimiento que considera innecesarias estas revisiones.
Portugal abre así un camino diferente en Europa, dando voz a los motociclistas y desafiando las normas impuestas desde Bruselas. Mientras tanto, en España, la ITV sigue siendo obligatoria y asumida por la mayoría, a pesar de las críticas de algunos sectores que consideran estas inspecciones ineficaces y costosas.
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