El C4 Cactus es el último sofá con ruedas de Citroën

No es un familiar compacto tradicional, ni tampoco un SUV, ni siquiera un monovolumen. Pero da igual, porque el Citroën C4 Cactus busca precisamente eso, ofrecer algo diferente a lo habitual. Nació en 2014 y, ahora, cuatro años después, Citroën aplica la primera puesta al día a su modelo. Y la clave está en que mejora la mayor parte de áreas importantes del coche sin alterar su originalidad.

Comenzó siendo una especie de nuevo tipo de vehículo familiar fresco y creativo, pero, al mismo tiempo, de planteamiento económico. Prescindía de casi todo lo superfluo para poder ofrecer diseño y eficiencia a precios contenidos. Y el Citroën C4 Cactus renovado, a pesar de las mejoras, mantiene su asequibilidad: está disponible desde 14.900 euros (descuentos y promociones incluidos). Es uno de los coches de su tamaño (4,17 metros) más accesibles.

Por fuera prescinde de las barras de techo y los peculiares Airbumps, los cojines de aire laterales, al mismo tiempo que el frontal y la trasera ganan un punto de presencia y terminan por otorgar al coche mayor empaque y sofisticación. Es como esos jóvenes que maduran y cambian la camiseta y zapatillas por camisas y zapatos.

En el interior, en cambio, las modificaciones son menores, al menos a primera vista: nuevos recubrimientos más cuidados en la tapa de la guantera y los apoyacodos de las puertas, y poco más. Al profundizar, sale también a relucir un equipo multimedia más completo, que incluye conectividad Android Auto y Apple Car Play, y en marcha, sorprende que la cabina está mucho mejor insonorizada que antes.

El confort es una de las piedras angulares del Citroën C4 Cactus 2018, y no solo porque en el interior se perciba bastantes menos ruidos de rodadura y aerodinámicos. Los asientos, que según la marca cuentan con una espuma más gruesa de lo normal, y las suspensiones, que recogen amortiguadores especiales, afinan tanto la suavidad de marcha como de filtrado.

Los amortiguadores llevan un tope interior hidráulico que se suma al exterior de goma normal, y proporcionan a la versión actualizada del modelo francés una marcha muy sedosa. Resulta especialmente fino al circular a velocidad reducida o en línea recta, porque la combinación de los asientos y la suspensión hace que los ocupantes sientan como si viajaran en un sofá con ruedas. Sin embargo, al aumentar el ritmo, los tarados parecen demasiado blandos y la carrocería se bambolea en exceso, sobre todo en curvas de autopista o montaña, convirtiendo la comodidad inicial en sensación de flotabilidad. Conviene rodar a ritmos tranquilos para maximizar la comodidad.

Tampoco termina de convencer el hecho de que no se haya aprovechado la renovación del modelo para pulir los aspectos más discutibles del Cactus original, como los frenos traseros, que siguen siendo de tambor, las ventanillas posteriores, que siguen sin bajar y solo se abren en compás, o la definición austera de la bandeja del maletero.

Con el Cactus 2018 llegan también motores más potentes que refuerzan las aptitudes viajeras y un nuevo cambio automático de seis marchas que funciona mucho mejor que el anterior, porque es más rápido enlazando las relaciones y, asimismo, más suave. Los tirones que provocaba la caja anterior han desaparecido. Puede combinarse con el motor Puretech 1.2 turbo de 110 CV.

El propulsor más potente es ahora el Puretech 1.2 turbo de 130 CV, que permite acelerar de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos y alcanzar 207 km/h. El consumo medio oficial es de 4,8 litros cada 100 kilómetros. Destaca también la mecánica 1.6 BlueHDi diésel de 100 CV, que homologa un gasto de apenas 3,6 litros. Todos los motores vienen con cambio manual de cinco velocidades, mientras que el mencionado 1.2 turbo de 110 CV es el único que puede equipar el nuevo automático de seis.

Por el momento, Citroën asegura que no existirá un reemplazo para el C4, el familiar compacto tradicional de la marca, y que el Cactus será su propuesta para competir en este segmento, que es el que registra mayores ventas del mercado, junto con el de los utilitarios.

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