Con 7 años de existencia y 1,1 millones de unidades vendidas por todo el mundo, el Dacia Duster ha creado escuela en el segmento de los SUV. Ahora se beneficia de un traje nuevo, un cambio total en su interior y una serie de mejoras selectivas que solventan sus iniciales deficiencias.
En España el éxito de este modelo ha ido a la par y desde su comercialización en 2010 ha conseguido 70.000 ventas. La segunda generación del Dacia Duster llegará en febrero y a pesar de sus importantes cambios no aumentará significativamente su precio, ya que estará disponible a partir de los 10.900 euros en su versión más sencilla; se puede anticipar que Dacia comercializará su tope de gama se limitará en torno a los 20.000 euros.
Pasando a analizar los cambios, el primero y más evidente es su nueva carrocería, completamente rediseñada y que no comparte ni una sola pieza con el Dacia Duster de 2010. Los diseñadores no han querido abandonar las dimensiones ni las proporciones del anterior Dacia Duster, pero sí darle otro aspecto. El coche ha ganado en cuanto a robustez visual y su su aspecto es ahora más macizo. Se ha logrado sobre todo ensanchando sus formas horizontales, por ejemplo separando más los faros y perfilando más las nervaduras del capó.
En los laterales destacan unos pasos de rueda ensanchados y mayores, que admiten ruedas de hasta 17”, y un embellecedor/protector delante de las puertas anteriores que sirve según Dacia para proteger la pintura de las piedras y grava proyectadas por las ruedas delanteras cuando se circule fuera del asfalto. En la trasera, este efecto visual de mayor anchura está marcado sobre todo por unos nuevos y llamativos pilotos cuadrangulares. Con todo ello, el Dacia Duster parece ahora más grande sin serlo, pero sobre todo da una imagen de coche más lujoso que su discreto predecesor.
Mejora la comodidad
Si el cambio exterior ha sido importante, el interior del Dacia nada tiene que ver con el anterior. A no ser el predominio del color negro, presente en todos sus componentes y solamente alterado por algunos detalles de acabado en acero bruñido como los tiradores de las puertas, el pomo de la palanca de cambio y los perfiles en el volante y en la consola. En conjunto del interior emana una sensación de coche más moderno y con una calidad percibida bastante superior.
El nuevo salpicadero es de formas más armónicas y, sobre todo, más práctico en la disposición de sus elementos. Destaca la pantalla multifuncional que está ahora en una posición más elevada y orientada hacia el conductor para una mejor ergonomía. Característica que también mejora en el resto de mandos, como las teclas de los elevalunas que se trasladan desde la consola central a las puertas, ubicación más práctica e intuitiva. En general el cambio es drástico y a mejor, aunque analizando el detalle aún encontramos piezas de plástico duro de calidades inferiores y algún detalle desfasado como el sistema de regulación de altura de los faros.
A la hora de empezar a conducir el Dacia Duster se ponen de relieve otros dos importantes avances en esta segunda generación. La primera son sus asientos, mucho más ergonómicos, con mejor mullido y con una banqueta más larga, que nos hacen olvidar de inmediato la incomodidad de los precedentes. Con buena sujeción lateral, de fácil regulación en altura (lo que no era el caso anteriormente) y con adaptación lumbar para el conductor, aportan sin duda al Dacia Duster unas mejores condiciones para viajar sin fatiga.
La segunda mejora en ruta es el resultado de un importante esfuerzo de los ingenieros para mejorar la insonorización a bordo. Ruidos y vibraciones están ahora mucho mejor amortiguados (sobre todo los aerodinámicos) y la reducción acústica es otro factor clave para que el Dacia Duster abandone en gran parte su rudo carácter inicial en favor de una personalidad netamente más refinada.
Refinamiento que también notamos al volante ya que una nueva dirección de asistencia eléctrica que varía su dureza según la velocidad aporta una conducción bastante más precisa y agradable a lo largo de los kilómetros. Construido sobre la misma plataforma que su predecesor, equipando suspensiones idénticas y con los mismos frenos (de tambor en las ruedas posteriores) el comportamiento del nuevo Dacia Duster sigue siendo de fácil manejo, tranquilo en sus reacciones y con un carácter más de corredor de fondo que deportivo.
No le gustan las brusquedades ni las veleidades en las curvas donde acusa excesivo balanceo en su carrocería, pero como tiene un equilibrado reparto de pesos entre el tren delantero y trasero y resulta previsible en sus reacciones, puede recorrer largas distancias por todo tipo de carreteras a un ritmo sostenido y, gracias a la nueva dirección, con una mayor eficacia sobre recorridos tortuosos.
Sorprendente fuera del asfalto
Pero si el gran recorrido de suspensiones limita en carretera la velocidad del paso por curva, fuera del asfalto es muy bien recibida pues aporta al Dacia Duster unas dotes camperas insospechadas. Con neumáticos mixtos montados de serie, rueda con mucha despreocupación sobre las pistas de tierra e, incluso, por terrenos muy abruptos si se trata de una versión 4×4 (que costará unos 2.000 euros más).
Opcionalmente, cuatro cámaras perimetrales para vigilar el entorno mientras maniobramos nos servirán igualmente para aparcar como para progresar por campo abierto controlando en todo momento cualquier obstáculo. También nos ayudará el sistema de descenso automático de pendientes que funciona tanto en punto muerto como en primera y segunda marcha y que además puede adaptarse a velocidades diferentes de descenso (de 8 a 20 km/h) según aceleremos o frenemos.
Con una altura libre al suelo de 210 mm, ángulos de ataque de 30º delante y 34º detrás, más una buena capacidad de cruce de ejes para rebasar zanjas, las posibilidades off-road del Dacia Duster sorprenden e igualan las de SUV bastante más caros. De hecho, ha sido elegido por algunos organismos franceses para servicios forestales como vehículo todo terreno.
Conservando los 4,34 metros de largo, las cotas interiores no varían respecto a la anterior generación. En el maletero varía la capacidad según se trate de la versión 4×2 o 4×4, siendo de 445 y 411 litros respectivamente. Capacidades que se pueden ampliar hasta los 1.478 o 1.444 litros si se abaten los asientos. El nuevo Dacia Duster pierde unos 30 litros de maletero respecto a su antecesor, pero lo compensa en parte con un interior mejor distribuido y con nuevos espacios para guardar objetos entre los que se encuentra un práctico cajón debajo del asiento del copiloto.
La oferta mecánica disponible en el momento del lanzamiento será de dos motores diésel de 90 o 110 CV (con cambio manual o automático), dos de gasolina con 115 y o 125 CV (sólo con cambio manual) y una versión híbrida de gas GLP de 115 CV de potencia. La gama en España será de 16 versiones diferentes que combinan estos motores con los dos tipos de transmisión y cuatro niveles de acabado: Acces, Essential, Confort y uno nuevo llamado Prestige que ofrecerá el nivel superior en cuanto a equipo.
Además de las mejoras interiores ya descritas, el Dacia Duster 2018 incorpora en su equipamiento seis altavoces (dos más que el anterior), climatizador automático, seis airbags (dos nuevos de cortina), aviso de ángulo muerto, nuevos reposacabezas, cinturones con pretensor también en los asientos posteriores y faros automáticos. Destaca en la oferta Dacia Duster una extensa posibilidad de incorporar accesorios opcionales como por ejemplo estribos, enganche de remolque escamoteable o una práctica alfombrilla de maletero extensible.
Producido exclusivamente en la planta rumana de Pitesti, el Dacia Duster ofrece una garantía de 3 años o 100.000 kilómetros. Como todos los modelos de la marca, el Dacia Duster 2018 hace valer una oferta imbatible en su relación calidad precio ya que, por comparación, cuesta un 15% menos que sus rivales de similares características.
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