El monovolumen japonés con conciencia ecológica

Una versión más familiar y práctica del popular híbrido japonés, con siete plazas y una mejor habitabilidad general.

El monovolumen japonés con conciencia ecológica

Es un coche que casi representa un estilo de vida… teñida de color verde. Toyota apuesta desde hace mucho tiempo por la tecnología híbrida y el Prius fue su punta de lanza. Contaminar menos gracias a la aportación de la energía eléctrica para disfrutar de un mundo mejor. Suena bien como concepto y son muchos los que se han sentido identificados con la propuesta de la marca japonesa, que ha ampliado estas soluciones al resto de su gama e incluso a nuevas versiones del Prius.

Una de ellas es el Prius + (léase plus), una especie de Prius en talla XL. Crece en sus cotas generales (incluyendo trece centímetros de longitud total de su carrocería de cinco puertas) para ganar en habitabilidad y polivalencia. Es un coche de vocación mucho más familiar, entre otras cosas porque puede llegar a alojar a siete ocupantes gracias a sus dos plazas traseras auxiliares, escamoteadas en el maletero para ser utilizadas de forma esporádica (abstenerse de torturar a nadie en un Madrid-Algeciras y también de pretender subir a ellas a los abuelos, no son de fácil acceso).

La sensación de amplitud es evidente, con mucho espacio en todas sus cotas y la gratificante luminosidad que ofrece un gran techo panorámico acristalado. Por lo demás, esta versión es idéntica a la convencional, con acabados correctos aunque sin alardes y el equipamiento que se le debe exigir a un coche que, según variantes y opciones, supera los 30.000 euros, un precio elevado dentro del segmento de los compactos de su estilo.

Pero el diferencial real de este Prius + respecto a la mayoría de los monovolumen es la combinación de su motor de gasolina de 1,8 litros con otro eléctrico, alimentado por una batería que no se puede recargar en la red sino que lo hace a través de la energía cinética mientras circulamos. En total se obtiene un rendimiento de 136 CV, que son suficientes para sus aspiraciones prestacionales incluso a plena carga siempre que no seamos demasiado exigentes. El coche es capaz de circular en modo completamente eléctrico aunque en condiciones tan especiales como escasas, desde luego siempre en ciudad, a ritmos muy bajos y sin superar desniveles. Por supuesto que en las detenciones completas el motor de combustión se desconecta y eso beneficia claramente al consumo, siendo precisamente en este entorno urbano donde más se aprecian las ventajas de la tecnología híbrida.

Porque en carretera, en tramos interurbanos o autovías, la situación es bien diferente. Para empezar por el cambio automático continuo que, sin duda, es lo que menos me ha gustado del coche. Es lento y tremendamente ruidoso, hasta el punto de resultar molesto en las aceleraciones rápidas, poco acorde con un coche en el que, por lo demás, todo parece fluir sin estridencias. Y en este escenario alejado de la ciudad los consumos tampoco son tan diferentes a los de cualquier moderno motor de explosión, diésel e incluso de gasolina; si conducimos con cierta alegría, el gasto se va con facilidad al entorno de los siete litros a los cien, que sin ser una cifra elevada para un vehículo de su tamaño y peso tampoco resulta la panacea de la eficiencia.

Su comportamiento dinámico es correcto, sin reacciones extrañas y con suficiente aplomo a alta velocidad. No es, obviamente, un coche para los que quieren disfrutar de la conducción pero cumple con las expectativas, mientras que en ciudad maniobra con facilidad, gira en poco espacio y se aparca sin problemas. Así que por unos motivos y otros, el Toyota Prius + se revela como un automóvil híbrido mucho más aconsejable para un uso urbano que para cualquier otro, sobre todo si necesitamos una habitabilidad destacable.






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