La agilidad y el dinamismo de los turismos para viajar en carretera, y unas suspensiones más altas y la tracción 4×4 para circular por pistas de tierra. Es lo que ofrecen los familiares camperos de esta prueba, una alternativa a medio camino entre los turismos convencionales y los todoterrenos modernos. Y se impone el Skoda Scout, uno de los modelos de este tipo mejor resueltos.
En esta comparativa se enfrentan dos todocaminos derivados de familiares compactos tipo Golf, el Skoda Scout y el nuevo Seat León X-Perience. Y dos modelos más grandes derivados de berlinas medias, los Subaru Outback y Opel Insignia Country Tourer. Todos incorporan suspensiones más elevadas y protecciones inferiores para evitar daños al circular fuera del asfalto. Y añaden la tracción 4×4 para moverse sin apuros en pisos de baja adherencia, ya sea tierra, barro o nieve. Además, equipan motores turbodiésel y cambios manuales de seis marchas, salvo el Subaru, que lleva un automático de siete.
El Skoda Scout se impone a todos porque ofrece el mejor equilibrio. Aunque es más pequeño que el Subaru y el Opel, tiene el interior más amplio y el mejor maletero. Y completa su sentido práctico con un motor brillante que gasta poco y las mejores prestaciones, aspectos que comparte con el Seat. Se vende con tres motores: 1.8 TSi de gasolina y 180 CV con cambio automático DSG (desde 32.150 euros), y 2.0 TDi turbodiésel con 150 y 184 CV (30.650 y 33.050), el primero con cambio manual de seis marchas y el otro con el automático DSG.
El Seat León X-Periencie es segundo, a solo dos puntos de su gemelo el Skoda. Comparten la mecánica, lo que le aporta también las mejores prestaciones y consumos. Pero tiene una longitud algo menor que se traduce en unas plazas traseras más justas en la zona de las piernas y un maletero inferior. Y viene menos equipado en detalles, aunque a cambio aporta un diseño más moderno y elaborado, y una agilidad superior. Se vende con un motor 1.8 TSi de gasolina y 180 CV con cambio DSG (29.270 euros). Y hay tres turbodiésel: 1.6 TDi de 110 CV (27.730) y 2.0 TDi de 150 y 184 CV (28.390 y 31.720), el último con DSG y todos con tracción 4×4.
Entre los modelos grandes, el Subaru impone su mayor versatilidad: tiene las suspensiones más altas (20 centímetros de altura libre al suelo) y es el mejor dotado para circular por el campo. Además, incluye un completo equipo de seguridad y tiene la amortiguación más cómoda, tanto en asfalto como en conducción 4×4. Se vende con dos motores: 2.0 TD turbodiésel de 150 CV con cambio manual y automático CVT (desde 32.900 y 38.200 euros) y 2.5 de 175 CV automático CVT (34.900).
El Opel Insignia Country Tourer aporta el diseño más atractivo y el interior mejor presentado, y parece más coche que los demás. Pero pesa más, tiene también el motor menos refinado y sale algo más caro. Se vende con un motor 2.0 CDTi turbodiésel en versión de 170 CV (40.120), la evolución del de 163 CV de la prueba, y con un biturbo de 195 CV (43.165).
Estos precios no incluyen descuentos ni Plan Pive.
CONDUCCIÓN
Las suspensiones altas y la tracción 4×4 permiten a estos coches salir del asfalto, pero penalizan un poco las prestaciones y el comportamiento frente a los modelos de los que se derivan. Los cuatro llevan motores 2.0 turbodiésel de 150 CV (163 CV el Opel) y cambio manual de seis velocidades, salvo la unidad de pruebas del Subaru, que equipaba un automático CVT de siete marchas (como el de los escúteres) y levas en el volante.
El motor más moderno y completo es el 2.0 TDi que comparten el Seat y el Skoda. Responde con inmediatez al acelerador, empuja desde solo 1.500 vueltas y se estira hasta 4.500. Así, los dos ofrecen prestaciones iguales y superiores a sus rivales, tanto al acelerar como en subidas y cambios de ritmo. Les sigue el Opel, que, aunque tiene más potencia (163 CV), pierde fuelle a 3.500 vueltas y, al ser más grande y pesado, corre menos. El Subaru (150 CV) es el más original: tiene arquitectura bóxer, con cilindros planos enfrentados dos a dos. Su cambio automático resulta muy cómodo en ciudad, pero le hace perder brío en carretera cuando se necesita acelerar. Y aunque va bien en todos los trazados, es el menos rápido, en especial al adelantar.
Los cuatro tienen un buen comportamiento en carretera, son fáciles de conducir y dan seguridad. Pero la altura de las suspensiones eleva el centro de gravedad y aumenta las inercias y balanceos. Se nota más en el Skoda y el Seat, pero, aun así, el León es el más ágil de todos, por su menor tamaño y peso, y porque la unidad de pruebas llevaba neumáticos de perfil bajo, más indicados para asfalto. El Skoda presenta el mejor equilibrio de conjunto en asfalto y pistas de tierra y tiene las reacciones más previsibles. El Opel equipa suspensiones más firmes que limitan el confort en asfaltos malos, pero a cambio muestra más firmeza al apoyar en las curvas y ofrece una estabilidad más cercana al Insignia convencional, aunque el tamaño y el peso limitan su agilidad. Y el Subaru tiene la suspensión más alta y blanda, y unos neumáticos de perfil más alto y apropiado para salir del asfalto. Así, aunque es fácil de conducir y tiene una estabilidad muy correcta, no resulta tan eficaz en las curvas.
Las ruedas condicionan también la frenada y hacen que el Outback necesite más metros para parar, frente a los otros que están igualados. A cambio, filtran mucho mejor y permiten al Subaru dominar con claridad fuera del asfalto: absorbe todo con mucha solidez, tiene la tracción 4×4 más sofisticada, suspensiones más altas que aportan más margen en pisos rotos y programas electrónicos más avanzados (descenso de pendientes…). El Skoda es el siguiente mejor fuera del asfalto, gracias a sus neumáticos, seguido del Seat. Y el Opel tiene una suspensión más firme y una menor altura que invitan a ir más despacio en caminos de tierra. Por último, el Scout y el León son más pequeños, pero ofrecen un tacto y calidad de conducción superiores. Les sigue el Subaru, y al Opel le penaliza la aspereza del motor.
CONSUMOS
Diferencias mínimas en el consumo. El León ha gastado alguna décima menos que el Scout en la prueba, y ambos están medio litro por debajo de sus rivales grandes: apenas pasan de seis litros en conducción suave y no llegan a ocho en ciudad y cuando se les exige.
El Outback y el Insignia han gastado igual: rondan los siete litros a ritmos tranquilos y solo pasan de ocho en tráfico urbano y estirando las marchas.
El Skoda emite 125 g/km de CO2, por 129 del Seat. El Opel sube a 147 y el Subaru a 159. Por sus emisiones, los cuatro pagan un 4,75% de Impuesto de Matriculación, porque están en el tramo de 120 a 160 g/km de CO2.
VIDA A BORDO
El León y el Scout se derivan de familiares compactos, mientras el Outback y el Insignia se basan en berlinas medias y son algo más grandes. Y todos tienen el túnel de transmisión en el centro del piso de las plazas traseras, que molesta en los pies si viajan tres personas atrás. Pero la diferencia de tamaño no se traduce directamente en un mayor espacio interior.
Todos tienen unos asientos amplios y cómodos, pero el Subaru ofrece las plazas traseras más anchas con diferencia, y además, más espacio para las piernas, aunque después el diseño de la plaza central penaliza el confort del tercer pasajero. Le sigue el Skoda, que, a pesar de ser más pequeño, es casi tan desahogado como el modelo japonés en la zona de las rodillas y tiene más anchura que el Opel y el Seat. En cambio, el Insignia, aunque no aprovecha tan bien el tamaño, cuenta con la tercera plaza más cómoda. Y el León es el más pequeño por fuera y también por dentro, y tiene el espacio más justo para las rodillas cuando viajan adultos.
El Skoda sorprende también con el mejor maletero e incluso se permite el lujo de incluir una rueda de repuesto de verdad. Le siguen el Seat y el Subaru, que están muy igualados, al menos según nuestras mediciones. Y el Opel, que en teoría ofrece un volumen oficial similar, e incluso un doble fondo que puede servir para ocultar objetos, en la práctica está por debajo de sus tres rivales, aunque sigue siendo grande. Por lo demás, todos tienen unos huecos para objetos correctos, con posavasos, repisas y apoyabrazos con cofre interior en la zona del freno de mano, bolsas grandes en las puertas… Pero el Skoda incluye otros detalles curiosos y muy prácticos, como un soporte especial para sujetar el móvil, papelera y otras soluciones.
En los acabados, el León y el Scout son algo fríos, pero tienen una calidad de materiales y ajustes superiores, y parecen más sólidos y resistentes. Pero sobre todo priman la funcionalidad, los mandos son muy intuitivos y resultan muy fáciles de manejar. El Opel está presentado con muy buen gusto e incluye una consola central muy atractiva y moderna, pero no tiene un tacto tan preciso en los mandos ni transmite la misma finura. Y el Subaru está entre medias: tiene un diseño más atractivo que los dos primeros y sensaciones más suaves que el Opel, pero con una presentación algo económica que se refleja en la calidad y presencia de los plásticos y materiales.
La altura de las suspensiones favorece el confort y todos resultan bastante cómodos, aunque con ventaja en este aspecto del Subaru, que filtra muy bien, en especial en el campo o cuando el asfalto no está en buen estado, y se disfruta en los viajes. Pero en sonoridad, los más silenciosos son el León y el Scout, que están muy bien aislados. En el Outback tampoco se oye apenas la mecánica, aunque deja pasar algunos rumores de rodadura. Y en el Opel se perciben demasiado las vibraciones y asperezas del motor diésel cuando se acelera y es el más ruidoso de todos.
IMAGEN Y DISEÑO
El Insignia es el más grande, y aparte de su mayor presencia, aporta un diseño deportivo muy logrado que refuerza su imagen. Destaca la elegancia del frontal y las formas atléticas de la parte trasera, y el interior muestra también un aspecto más atractivo, moderno y refinado.
El León X-Perience tiene una línea atractiva y actual, con un portón trasero inclinado hacia delante que estiliza su silueta. Pero por dentro, aunque resulta muy funcional, abusa de los tonos grises y presenta un ambiente algo frío y apagado.
El Scout es sencillo por fuera, con superficies planas y pocos detalles que realcen su carácter, salvo los adornos camperos. Y el interior resulta tan ordenado como previsible, y sin detalles estéticos que destaquen. La carrocería alta del Subaru le da presencia y le hace parecer más grande, pero es más convencional y menos atractivo que el Opel. Y tiene una presentación interior más simple, económica e impersonal.
PRECIOS Y EQUIPAMIENTO
El Skoda y el Seat son más pequeños y asequibles, y cuestan igual: 27.410 y 27.490, respectivamente. El Subaru sube a 35.200 (con cambio automático), y el Opel, 36.600 (todos con descuentos, pero sin Plan PIVE, ni rebajas por financiación).
Ventaja del Subaru en la dotación de seguridad. Todos vienen con ABS, control de estabilidad ESP y sensor de presión de ruedas, y salvo el Opel, que tiene seis airbags, añaden otro para las rodillas del conductor. Pero el Outback suma el paquete Eye Sight, que incluye dos cámaras y activa automáticamente la frenada anticolisión en ciudad (hasta 50 km/h) y el control de velocidad activo, que acelera (hasta 180 km/h) y frena automáticamente (hasta parar) para mantener la distancia con el coche de delante. El comportamiento dinámico es seguro en los cuatro, pero el León y el Scout resultan más ágiles y manejables.
El Subaru también es el mejor equipado de serie. Aparte de la dotación de seguridad, todos vienen con tracción 4×4, protecciones inferiores, suspensión elevada, climatizador, control de velocidad, pantalla táctil, ordenador de viaje, retrovisores eléctricos y llantas de aleación de 17 pulgadas (19 en el Insignia). Salvo el Subaru, llevan start&stop, y el Skoda añade rueda de recambio normal y sensores de lluvia y luces, como el Outback. Pero este marca la diferencia: junto al cambio automático, suma navegador, asiento del conductor eléctrico, techo solar, botón de arranque, acceso sin llave, cámara para aparcar y tres años de garantía, uno más.
CONCLUSIÓN
EI Skoda domina porque es muy práctico y completo: cuesta como el León, pero es más amplio, viene más equipado y tiene el mejor maletero de los cuatro. El Seat aporta una imagen más elaborada y es el más ágil, pero con unas plazas traseras más justas. Y los dos corren más y gastan menos. El Subaru viene muy bien equipado, con cambio automático y lo último en seguridad, y es superior en el campo. El Opeltiene una imagen imponente y el interior más cuidado, pero con el precio más alto y el motor menos refinado.
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