No es sencillo diseñar una carrocería familiar atractiva de dimensiones compactas. El mercado da buena cuenta de ello y son contadas las excepciones en las que el resultado es el apetecido. Una de las más destacables la protagoniza la nueva versión del SEAT León ST.
Esta ranchera está realmente bien resuelta y el añadido que representa su amplio maletero no da la sensación de ser un pegote que se ha colocado ahí como mejor se ha podido. Muy al contrario, se trata de un coche realmente bonito, de aspecto equilibrado y que no desentona en absoluto con el resto de sus hermanos.
Mide 27 centímetros más que un León convencional pero la prolongación queda de lo más natural, sin que existan tensiones entre la zona delantera y su zaga, con lo que su silueta también convence. La ventaja de esta configuración es clara: permite ganar espacio para el maletero y con él, polivalencia de uso pero sin perder las virtudes dinámicas que definen a este modelo. Quien necesite un maletero generoso pero en un coche de dimensiones contenidas tiene en el SEAT León ST una respuesta cercana a lo ideal. En condiciones normales (con cinco plazas disponibles) su capacidad es de casi 500 litros, que llegan a triplicarse si optamos por abatir los asientos posteriores. Por si fuera poco, el piso puede colocarse a dos diferentes alturas y cuenta así con un doble fondo muy práctico.
Por otro lado, la calidad es, desde hace ya tiempo, una de las grandes cualidades de los modelos de Seat. Así encontramos un ambiente interior en el León con el sello del Grupo Volkswagen, materiales intachables y unos acabados a la par. Destaca en este sentido la conectividad que permite el sistema Full Link, capaz de duplicar muchas de las funcionalidades de un teléfono móvil inteligente en la pantalla táctil del salpicadero.
CONDUCCIÓN CON EL SELLO DE LA CASA
El SEAT León ST se conduce con idéntica solvencia a la de cualquier otro León, disfrutando de ese toque de deportividad que define a la marca española. Las suspensiones son firmes y la dirección precisa, mientras que la mayor longitud de su caja no penaliza la agilidad en ningún tipo de recorrido: en carreteras viradas se mueve sin complejos y en ciudad tampoco es tan grande como para poner al conductor en apuros a la hora de girar en espacios reducidos o aparcar. Es un coche de esos que transmiten seguridad y aplomo, que invita a disfrutar de la conducción con seguridad y permite rodar a buen ritmo sin sensación de ir al límite.
Es así, claro está, especialmente en las versiones superiores de la gama, como la FR con motor TDI de nada menos que 184 CV; sus prestaciones se alinean con ese espíritu deportivo de la casa de Martorell pero también con la eficiencia de los modernos motores de gasóleo. Si no somos especialmente exigentes con el pedal del acelerador, obtener promedios por debajo de los seis litros a los cien es relativamente fácil.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.