El Hyundai ha gastado 15,4 kWh de media en la prueba; el Kia, 9 kWh y 3 litros de gasolina; el Seat, 4,4 kilos de GNC, y el Toyota, 5,8 litros de gasolina, porque consume casi igual en ciudad que en carretera a ritmos tranquilos. Por lo demás, el Kona es 100% eléctrico y no emite CO2; el Kia, solo 29 g/km (primeros 100 kilómetros); el Toyota, 87, y el Seat, 98.
El Kona tiene el coste de uso más bajo, pero es más caro y menos polivalente: necesita red de carga para viajar. El Arona es económico y versátil, aunque no tanto como el Niro y el C-HR, que repostan en cualquier gasolinera.
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Hyundai Kona EV: 2,6 euros/100 km
Tiene el coste de uso más bajo y se puede bajar hasta un 50%, poco más de 1 euro/100 kilómetros, cargando con tarifa nocturna. Y permite viajar unos 400 kilómetros respetando los límites legales, pero depende de la red de carga para seguir, lo que limita su polivalencia como primer coche de la familia.
Kia Niro PHEV: 6,4 euros/100 km
Permite hacer los primeros 100 kilómetros (50 con las baterías y los otros con gasolina) por 6,4 euros. Y los siguientes, ya casi sin ayuda eléctrica, por 7,6 euros, porque gasta poco: solo 5,8 litros en la prueba. Y mantiene toda la polivalencia de un coche convencional porque reposta en las gasolineras.
Seat Arona TGI: 3,7 euros/100 km
El mejor compromiso. Precio de compra asequible y coste de uso apenas un euro superior al Kona eléctrico. Y muy polivalente: puede seguir 100 kilómetros con la gasolina si agota el gas y no hay gasinera cerca. Pero exige un punto de repostaje de GNC en la ciudad donde se viva o en un trayecto habitual.
Toyota C-HR: 7,6 euros/100 km
Gasta muy poco, 5,8 litros en la prueba, como el Kia, y tiene un coste de uso bajo e imbatible en ciudad, salvo por los enchufables: apenas pasa de 4,5 litros. Además, el precio es asequible, aunque más caro que el Seat, y ofrece la máxima polivalencia porque se reposta en cualquier gasolinera.
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