Precios prohibitivos. Los tres son SUV grandes de marcas exclusivas, ya de por sí caros, pero cuando suman la mecánica eléctrica se disparan los precios. El Mercedes EQC cuesta 77.425 euros, el Jaguar i-Pace sube a 80.400 y el Audi e-Tron llega hasta 82.500 euros.
Los costes de uso son, en cambio, muy ajustados, porque con los consumos de la prueba pueden recorrer 100 kilómetros por unos cuatro euros, que se pueden quedar en tres si se contratan las tarifas nocturnas disponibles. Así que el coste de uso real puede ser una cuarta parte del que tienen otros modelos equivalentes de gasolina.
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El equipo de serie es bastante completo, pero no está a la altura del precio. Aparte del equipo de seguridad, todos vienen de serie con climatizador bizona, control de velocidad de crucero, ordenador de viaje, pantalla táctil en color (10,25 pulgadas en el Mercedes), navegador, órdenes orales, equipo de música con conexiones bluetooth, USB y mandos en el volante, botón de arranque, sensores de lluvia, faros y aparcamiento (delanteros y traseros), retrovisores eléctricos y suspensión neumática.
El Audi y el Mercedes incluyen portón con apertura eléctrica, levas del cambio en el volante (para aumentar la retención y recargar más), faros led y llantas de 19 pulgadas. El Jaguar lo compensa con la conexión Apple Car Play y Android para móvil, y, al igual que el EQC, lleva también asientos delanteros eléctricos y acceso y arranque sin llave, y tres años de garantía sin límite de kilómetros, frente a los dos de sus rivales. Pero el más completo es el Mercedes, que suma además cámara para aparcar y retrovisores con plegado eléctrico.
Aparte del equipo de serie habitual —seis airbags, ABS, ESP y sensores de presión de ruedas— todos incluyen frenada automática de emergencia en ciudad con detección de peatones, aviso de cambio involuntario de carril, sensor de fatiga y llamada automática de emergencia. El Jaguar y el Mercedes añaden mantenimiento automático del carril y lector de señales, y el primero y el Audi suman el sistema precrash, que tensa los cinturones, cierra ventanillas, etcétera, al detectar riesgo de accidente.
Además, el i-Pace lleva alerta de tráfico cruzado trasero para desaparcar en batería. Pero el más completo es el Mercedes, que incluye un airbag más de rodilla, aviso de vehículo en ángulo muerto y gestor de faros de carretera. En cambio, se echan de menos el radar antichoque ACC y otros detalles que ya vienen de origen en coches más asequibles.
Frenos justos. El comportamiento es correcto en todos, aunque su elevado peso les resta agilidad y eficacia en curva. Y lo acusan mucho en los frenos, que se quedan justos, en especial si frena de improviso el coche de delante, porque tardan en parar.
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