Peugeot da un paso al frente. En Francia parecen haberse cansado de la hegemonía de Alemania y han creado un 308 completamente nuevo que supone un misil a la línea de flotación de la referencia en el segmento de los compactos, el modelo en el que muchos piensan aunque su precio, sensiblemente por encima de la media, lo convierta en un producto aspiracional: el Golf.
El coche de Volkswagen es un rival de enorme solvencia y nadie tiene fácil inquietarle pero esta vez la marca del león lo ha conseguido en muchos aspectos. Empezando por su estética, que nada tiene que ver con la conocida hasta ahora en la gama y se acerca, del mismo modo, a conceptos mucho más germánicos. La carrocería de cinco puertas (la única disponible por el momento) es algo más pequeña y de formas angulosas, con un resultado realmente convincente, armonizando con acierto elegancia y deportividad.
El 308 encoge y se nota en el interior, algo más angosto que antes aunque en todo caso muy en línea con la mayoría de propuestas de su estilo. Por el contrario, la evolución en términos de calidad es impresionante. No es que antes fuera un coche mal acabado o con materiales baratos, es que ahora se muestra a un nivel que nada tiene que envidiar a opciones premium, incluso por encima de esa referencia ya señalada del Golf.
Mecánicamente destaca la eficiencia del motor 1.6 HDi. Con 115 CV tiene unas prestaciones suficientes para la gran mayoría, apoyándose en un cambio de seis marchas bien escalonado; pero además, esa eficiencia es otro de sus pilares, con consumos que llegan a ser imbatibles cuando somos cuidadosos con el pedal del acelerador.
Su dinámica de conducción tampoco decepciona. Las suspensiones son equilibradas, limitándose los balanceos previos, mientras que la dirección es precisa y directa. Es un coche ágil pero con aplomo, que permite exprimir sus posibilidades con seguridad… y disfrutando. En definitiva, objetivo cumplido: el Golf ya está un poco menos solo en su trono.
Lo mejor. La calidad general del producto se encuentra al nivel de los mejores de este segmento tan competido y supone un paso adelante significativo respecto a su predecesor, que ya convencía. Y quienes lo disfrutan se benefician de ello…
Lo peor. Peugeot lo propuso por primera vez con la última generación del 208 y repite planteamiento con el nuevo 308: la instrumentación se visualiza por encima del volante, una solución que personalmente no termina de convencerme.
Conclusiones. – Estamos ante un coche completamente nuevo, no una simple evolución del anterior, y se aprecia en cada uno de sus detalles. – El motor 1.6 diésel se revela muy equilibrado en todos los aspectos. – Peugeot vuelve a tener un compacto para competir con argumentos solventes en un segmento tan estratégico como este
MOTOR: ++
COMPORTAMIENTO: +++
CONFORT: +++
ECONOMÍA: +++
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