Hace 50 años que se estrenó la sexta película de James Bond, que en España se tituló Al servicio de su majestad. En aquella entrega, como en muchas otras de la saga, Aston Martin proveía el coche del famoso agente secreto, en concreto un DBS. Medio siglo después la marca homenajea el modelo con una serie especial del Aston Martin DBS Superleggera de la que solo se fabricarán 50 ejemplares.
El superdeportivo está repleto de detalles diferenciadores, alguno de los cuales está claramente inspirado por su antepasado, como es el caso del color Verde Oliva que luce en su carrocería.
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En el exterior tampoco faltan elementos como la fibra de carbono (en el splitter delantero, por ejemplo), las lamas cromadas horizontales de la parrilla o unas llamativas llantas diamantadas de 21 pulgadas, exclusivas de esta serie.
En el habitáculo el cuero negro es el protagonista absoluto, sobre el que destacan las costuras de contraste de color rojo. Tampoco falta el Alcantara ni las molduras de carbono, así como un sistema de audio de alta calidad firmado por Bang & Olufsen. De manera opcional se puede pedir un compartimento para botellas de champán que se ubica en el maletero.
Un detalle llamativo se encuentra en el precio, y es que cada una de las 50 unidades del Aston Martin DBS Superleggera al servicio de su majestad cuesta 300.007 libras, un guiño al número clave del agente secreto. En euros la cifra pierde el encanto: unos 340.500 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.