Hay despedidas que duelen, pero, si no queda otra opción, qué menos que afrontarlas a lo grande. Aston Martin dice adiós a su característico motor atmosférico 6.0 V12 (que será sustituido por un propulsor turboalimentado) y el afortunado receptor de su canto de cisne es el Aston Martin Vanquish S.
Disponible en sus variantes tanto cupé como Volante, la principal novedad que acarrea la ‘S’ de su apellido es un sensible aumento de potencia, que pasa de los 568 CV del deportivo «normal» hasta los 600 CV. Para conseguirlo, el fabricante ha instalado un sistema de admisión de aire revisado y unos colectores de entrada de mayor tamaño, lo que además ha mejorado la respuesta del acelerador.
A ello se suma una salida de escape cuádruple, una nueva gestión electrónica de la transmisión Touchtronic III de ocho relaciones que realiza cambios más rápidos y un nuevo ajuste de la suspensión adaptativa. También cuenta con cambios estéticos gracias a un kit de carrocería específico con gran cantidad de fibra de carbono, que mejora la aerodinámica del modelo y su estabilidad.
El resultado de todo ello es una aceleración 0-100 en 3,5 segundos (tres décimas mejor que el Vanquish normal) y, eso sí, la misma velocidad máxima de 323 km/h.
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