El Koenigsegg Gemera no es un coche que se pueda considerar nuevo. Fue presentado en 2020 como un híbrido enchufable de cuatro plazas, una configuración inédita para la marca. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha mostrado su versión de producción definitiva. Y el anuncio ha llegado acompañado de un dato de lo más llamativo: tiene el extra más caro de la historia del motor.
Lo primero es tener claro que ofrece el Gemera de serie. Su sistema PHEV está formado por un motor gasolina tricilíndrico de 600 CV y 600 Nm de par máximo, que se combina con tres bloques eléctricos para alcanzar un rendimiento conjunto de 1.724 CV y 3.500 Nm. Gracias a ello es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos, además de que su batería le da energía suficiente para circular 50 kilómetros en modo eléctrico, por lo que tiene etiqueta CERO de la DGT.
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A pesar de ello, desde Koenigsegg han considerado que para ciertos clientes podría no ser suficiente. Así, está disponible como opción un motor V8 que reemplace al propulsor tricilíndrico… y por el que habrá que pagar 400.000 dólares (356.000 euros, al cambio actual), según apuntan desde Egg Registry.
El V8 es el mismo que utiliza el Koenigsegg Jesko y que, en el hiperdeportivo, cuando está alimentado por gasolina E85, desarrolla 1.622 CV y 1.500 Nm. Esto, sumado al apartado eléctrico, hace que el sistema de propulsión alcance los 2.332 CV y un par máximo de 2.750 Nm.
Otras mejoras del Koenigsegg Gemera
La presentación oficial del modelo definitivo ha servido para ver otros cambios que ha experimentado. El más llamativo es que se han eliminado las cámaras que hacían las veces de retrovisores y se han reemplazado por unos estándar.
Además, los clientes podrán optar por el Ghost Package que optimiza la aerodinámica para mejorar el rendimiento. Incluye un alerón trasero, un splitter delantero extendido y un conducto para redirigir el aire; pero estos añadidos hacen que el maletero delantero deje de estar habilitado.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.