Ya son años los que BMW lleva unida a MotoGP (casi dos décadas, de hecho), y en cada temporada la marca alemana aprovecha su posición como Safety Car del campeonato para mostrar novedades, ya sean modelos nuevos o tecnologías de nuevo cuño.
Para la 2016/2017 la fábrica bávara ha optado por darle los galones a su M2, que si ya de serie es una mala bestia, cuenta con una larga lista de añadidos para la ocasión.
Luce los colores habituales, con el blanco como base para la carrocería y los tonos de la familia M recorriendo capó, techo y laterales. No faltan unas llantas doradas de cinco radios dobles y las luces de seguridad añadidas en el techo y el paragolpes delantero.
El habitáculo también recibe las convenientes modificaciones, entre las que destacan la supresión de los asientos traseros, su sustitución por una jaula antivuelco, los asientos Recaro con arneses de seis puntos, los pedales de acero inoxidable, el volante de Alcantara y los insertos de fibra de carbono.
Y la parte mecánica no podía ser menos. Mantiene el motor de 370 CV con el que hace el 0-100 en 4,3 segundos, pero añade numerosas ‘chucherías’ como salida de escape de alto rendimiento, frenos carbocerámicos, suspensión BMW M Performance tipo coilover…
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.