Audi ha sabido jugar sus cartas en el Salón de Pekín. La capital de China (donde en estos días se celebra su certamen del automóvil) tiene uno de los mayores índices de polución del mundo, los atascos son monumentales y el tráfico es, cuanto menos, denso.
Por eso la marca de los cuatro aros ha dado en el clavo con el Audi connected mobility, un prototipo basado en el Q3 que hace de la conectividad y la movilidad sus puntos fuertes.
El sistema de infoentretenimiento del modelo está conectado al calendario del smartphone del conductor y, en función del destino al que tenga que ir cada día, calculará la mejor ruta y la combinación de movilidad más rápida basándose en datos de tráfico real. Una vez realizada la evaluación, recomendará al usuario el itinerario óptimo e incluso si es conveniente seguir en coche o aparcarlo y utilizar la sorpresa que esconde en la zaga: un patinete eléctrico.
El longboard, que se recarga de manera automática mientras está replegado bajo el maletero, tiene una longitud de 1,05 metros, una autonomía de hasta 12 kilómetros por carga y puede alcanzar velocidades de hasta 30 km/h.
Además, funcion en tres modos diferentes. El primero es el Scooter mode, en el que se acelera con el puño derecho y en el que el smartphone va anclado al manillar, actuando como consola central/GPS y facilitando direcciones; el segundo es el Sport mode, en el que se pliega el manillar y la velocidad se controla con un dispositivo en la mano y el último, quizá el más peculiar, es en el que el longboard hace de asistente de carga, permitiendo llevar maletas o bultos y siguiendo al usuario de manera automática gracias a una conexión inalámbrica con su smartphone.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.