Un cable para el móvil, otro para el ordenador, el de la tableta y el libro electrónico, otro más para la batería portátil…. Y ahora, además, los del coche. La nueva vida digital está rodeada de conexiones, y los nuevos modelos eléctricos tampoco escapan a la tendencia.
Pero ya hay algunas soluciones para frenar esa escalada. Bosch, por ejemplo, principal suministrador de componentes del automóvil, acaba de presentar una innovación que hará que la relación diaria con el vehículo a pilas sea algo más cómoda, y sobre todo más económica. Se trata del primer cable de recarga universal para vehículos eléctricos, que estará disponible a mediados de 2022.
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El nuevo sistema de conexión de Bosch aporta dos ventajas principales. Número uno: permite pasar de los dos cables actuales a uno solo, mejorando así el confort del conductor. Y número dos, más contundente: ya no habrá que instalar en casa un wall box o cargador de pared, que sumando el aparato y la instalación cuesta de media unos 1.000 euros.
Los coches a pilas se pueden recargar en casa y en la calle, pero cada conexión exige su cable correspondiente. Y no todos los modelos vienen además de serie con ambos. En casa, se conectan a las tomas tradicionales de 230 voltios, denominadas Schuko, y en la calle a los postes disponibles. Algunos tienen la misma toma doméstica, pero otros no.
¿Por qué se instalan ‘wall box’?
Por seguridad y para maximizar la eficiencia de la conexión. Aunque se puede recargar casi cualquier modelo en el enchufe de casa, resulta muy recomendable optimizar la calidad y estabilidad de la transferencia de energía con un wall box. Este aparato, que incluye una caja electrónica de control, evita que algún diferencial salte a la mínima o que el enchufe de la vivienda pueda sufrir sobrecargas y sobrecalentamientos.
Asimismo, un wall box permite incrementar la potencia de carga, hasta el límite contratado con la compañía suministradora. El enchufe Schuko suele aportar 2,3 kW (230 voltios por 10 amperios) y, si se quiera aumentar la capacidad, hay que apostar por un cargador de pared. En función de los modelos, y del contrato en vigor, se puede llegar hasta 11 kW.
¿Cómo funciona el cable de Bosch?
Como cualquier otro. La clave está en que integra la caja de control de los wall box en el interior del cable. Y así, aporta sus mismas ventajas en cuanto a seguridad y calidad de conexión. El nuevo sistema, que por el momento no tiene denominación comercial, se ha presentado en el marco del Salón del Automóvil de Múnich.
Otra particularidad es que basta acoplar un adaptador en un extremo (incluido) para que sirva tanto en casa como en la calle. Y según la compañía, digiere potencias desde los 2,3 kW de las tomas de las viviendas hasta los 22 kW que llegan a ofrecer algunos postes.
Consejos prácticos
Cuando se vaya a recargar un coche eléctrico, cualquiera, primero hay que conectar siempre el cable a la toma disponible, ya sea en la pared de casa o en postes exteriores. Y cuando el sistema de control dé luz verde (suele ser literal, con un indicador luminoso), se enchufa el otro extremo al coche para iniciar el proceso. El vehículo, por su parte, mostrará también una señal de confirmación, y entonces la carga comenzará.
En los contratos eléctricos tipo de una vivienda media, la potencia contratada suele ser de 3,6 kW. Al conectar el coche se están utilizando ya 2,3 kW, por lo que solo sobrarán 1,3 e igual debería aumentar la energía contratada. Y es que la nevera, que está siempre conectada, quita ya una parte, y si se encienden otros electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas, o la propia televisión, lo más probable es que la red doméstica no de abasto, salte algún diferencial y se interrumpa la carga.
Conviene tenerlo en cuenta y echar números, para que la relación con su reciente o próximo coche eléctrico fluya con normalidad y no se convierta en un engorro.
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