Como consumidores, nos gusta que las marcas nos sorprendan, nos descubran nuevas experiencias y nos alejen de lo tradicional. Deben seducirnos, impactarnos y hacernos sentir diferentes. Así lo ha entendido la marca alemana Audi que, desde hace años, centra sus esfuerzos en ofrecer a sus compradores una experiencia única al ponerse al volante de cada uno de sus modelos.
En ese camino en búsqueda de la exclusividad, Audi es una de las marcas que cuida especialmente el sonido de sus motores, convirtiendo este empeño en una faceta clave en el desarrollo de cada nuevo vehículo.
Un ejemplo de cómo el fabricante tiene en cuenta la acústica en sus modelos es el cinco cilindros TFSI del Audi RS 3 Sportback, el motor que mejor representa el ADN de la marca. Sin embargo, esto no fue siempre así. Las peculiaridades de este propulsor fueron en sus inicios un verdadero fastidio para los ingenieros, incapaces de controlar su sonido. Pero la creatividad nace de la angustia y, de los momentos de crisis, la inventiva. Con el tiempo esta contrariedad se convirtió en todo un golpe de efecto, contribuyendo a ese rumor único y apasionante propio de los bloques con esta configuración.
Sentarse y sentirse bien. Eso es lo que se busca al comprar un coche, por lo que tan importante es la primera impresión visual, como la posterior sensación al volante. Este motor de Audi, además de su poderoso empuje y sus notables prestaciones, ha sido ajustado para que el conductor, al ponerlo en marcha, sienta su exclusivo e inimitable sonido. Como proclaman los responsables de la marca de los cuatro aros, un Audi con las siglas RS debe sonar rotundo, poderoso y potente.
El encargado de sacar el mejor sonido posible a los motores de la marca y responsable de acústica de los modelos RS de Audi durante más de 15 años, Steffen Hackmayer, afirma: “Tratamos de darle al sonido de nuestro motor su propia personalidad”. Pero esta no es una tarea fácil, ya que además de buscar ese ronroneo para que sea una de las señas de identidad del modelo, se ha vigilar que se cumpla toda la legislación referente a la acústica de los vehículos de combustión.
Lo explica Stephan Reil, Director de Desarrollo Técnico de quattro GmbH: “Podría distinguirse el sonido del motor del Audi RS 3 Sportback con los ojos vendados entre cien coches” Para conseguirlo, la marca intenta que sea agradable cuando funciona a velocidad constante y que se haga notar cuando se produzca una aceleración. “Nuestros motores han de sonar auténticos, tienes que ser capaz de oír la tecnología. Y esto se aplica no sólo al conductor, sino también a quienes lo escuchan desde el exterior. Ha de ser un sonido fascinante”, explica el propio Reil.
Al igual que ocurre en la música, no se trata únicamente de crear un solo tono, sino de que éste brille por la armonía de los instrumentos que acompañan al principal. Y en el caso de los propulsores, se trabaja con elementos que van parejos a su funcionamiento, como el diseño de los canales de admisión y de escape. Como si de un instrumento musical se tratara, dependiendo del diseño de los diámetros de las canalizaciones y silenciadores utilizados, se conseguirán tonos más o menos profundos.
Para conseguir que el sonido del escape del cinco cilindros emita una sinfonía perfecta, la puesta a punto final se realiza utilizando simulaciones y analizando todos los datos. Como resume Stephan Reil, “el truco está en la combinación de la utilización de herramientas de medición adecuadas, la simulación, el cálculo basado en la experiencia técnica… y el instinto”.
La próxima vez que se interese por un coche en concreto, preste atención también al sonido de su motor. Podrá apreciar el trabajo, anónimo y desconocido, de los profesionales que convierten el ruido en fascinantes melodías acústicas. Audi lo ha conseguido con el atractivo rugido de su propulsor TFSI de cinco cilindros. Un sonido exclusivo para un motor legendario.
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