Al conducir hay hábitos que, aunque parecen inofensivos, pueden tener consecuencias inesperadas y costosas. Uno de estos hábitos es el de apoyar la mano en la palanca de cambios mientras se conduce un automóvil con transmisión manual.
Aunque pueda parecer un gesto insignificante, este gesto puede provocar una serie de problemas mecánicos que pueden derivar en una avería muy costosa.
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Desgaste prematuro de los componentes internos
La caja de cambios manual está compuesta por una serie de componentes delicados que trabajan en conjunto para permitir el cambio de marchas.
Entre estos componentes se encuentran los sincronizadores y las horquillas de cambio. Cuando se apoya la mano en la palanca de cambios, se ejerce una presión adicional sobre estos elementos, lo que puede provocar un desgaste prematuro.

Los sincronizadores, que están diseñados para igualar la velocidad de los engranajes antes de que se acoplen, pueden sufrir daños si se les somete a una presión constante.
Del mismo modo, las horquillas de cambio, que son responsables de mover los engranajes, pueden deformarse o desgastarse con el tiempo.
Problemas de sincronización
El desgaste de los sincronizadores puede llevar a dificultades para cambiar de marcha, especialmente en las marchas más bajas.
Los conductores pueden experimentar resistencia al intentar cambiar de marcha o escuchar ruidos metálicos al hacerlo. Estos problemas no solo afectan la experiencia de conducción, sino que también pueden provocar daños adicionales en otros componentes de la transmisión si no se abordan a tiempo.

Daños en las horquillas
Las horquillas del cambio son piezas cruciales en la caja de cambios manual, ya que permiten el movimiento de los engranajes. Al apoyar la mano en la palanca de cambios, se ejerce una presión constante sobre estas horquillas, lo que puede llevar a su deformación o desgaste.
Una horquilla de cambio dañada puede causar problemas al intentar seleccionar una marcha, lo que resulta en cambios de marcha imprecisos o en la imposibilidad de cambiar de marcha por completo.
Fugas de aceite
Otro problema que puede surgir de apoyar la mano en la palanca de cambios es la aparición de fugas de aceite en la caja de cambios. La presión adicional sobre los componentes internos puede provocar el desgaste de los sellos y juntas, lo que a su vez puede resultar en fugas de aceite.

El aceite es esencial para el correcto funcionamiento de la caja de cambios, ya que lubrica los engranajes y reduce la fricción. Una fuga de aceite puede llevar a un funcionamiento deficiente de la transmisión y, en casos extremos, a daños graves en la caja de cambios.
Costes de reparación elevados
Los problemas mencionados anteriormente pueden resultar en reparaciones costosas. El desgaste prematuro de los sincronizadores y las horquillas de cambio puede requerir la sustitución de estos componentes, lo que implica un desembolso significativo.
Además, las fugas de aceite pueden requerir la reparación o sustitución de los sellos y juntas, así como la reposición del aceite perdido. En casos graves, los daños en la caja de cambios pueden ser tan extensos que sea necesario reemplazarla por completo, lo que representa un costo considerable que puede oscilar, según el tipo de vehículo, entre los 1.500 y 4.000 euros.
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