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Deja en el armario el traje y la corbata y elige una vestimenta menos formal, de corte sport. El nuevo Clase C, la berlina media de Mercedes, recoge el lenguaje de diseño más fresco aplicado por la marca en sus últimos modelos y presenta una imagen con mayor poder de seducción. El modelo anterior había superado ya el clasicismo estético, pero el nuevo refuerza la apuesta y va más allá. Mantiene los dos frontales que estrenó su antecesor, el clásico con la estrella sobre el capó y otro más deportivo que lleva el emblema integrado en la parrilla, y añade un interior más creativo y menos cartesiano que completa el giro estético.
El fabricante alemán quiere convertir el diseño en un activo prioritario y sumarlo a sus grandes valores tradicionales, como el confort y la tecnología, para poder ofrecer productos más completos que gusten a un mayor número de clientes, sobre todo más jóvenes. El nuevo modelo se vende desde 34.950 euros, una tarifa base claramente más elevada que la de los Audi A4 y BMW Serie 3, que sin embargo tiende a igualarse en las versiones de mayor demanda, como las que llevan motores turbodiésel de potencia intermedia. La carrocería familiar o Estate saldrá en septiembre y la variante Coupé está prevista para 2015.
Junto al cambio de imagen se aprecia una evolución en los aspectos prácticos, porque el coche es más grande y amplio, y también en los avances técnicos, ya que pesa entre 50 y 100 kilos menos que antes (la aplicación de aluminio sube del 9% al 48%) y ahorra hasta un 20% en consumo, con gastos medios inferiores a cuatro litros en varios propulsores. Ahora tiene una longitud de 4,68 metros (9,5 centímetros más, y crece otros cuatro de ancho), suficiente para que los asientos posteriores resulten adecuados para estaturas de 1,80 metros, mejorando así uno de los puntos débiles del Clase C anterior. La capacidad de carga, por su parte, gana solo cinco litros hasta los 480 y los respaldos abatibles siguen siendo opcionales (desde 386 euros).
Una vez en marcha, lo que más llama la atención es el tacto impecable de todos los mandos, la mejor insonorización, que ha atenuado (no eliminado) el sonido algo tosco de los motores 2.2 diésel de Mercedes, y, en especial, el exquisito ajuste de las suspensiones, que otorgan una calidad de rodadura sobresaliente y permiten disfrutar también al volante, con un punto más de agilidad que en el Clase C saliente. Los ejes de ruedas, bastante más anchos, refuerzan la adherencia al piso y se suman al conjunto para convertir al nuevo modelo en una de las berlinas medias con mayor aplomo y estabilidad.
Como novedad, se puede montar en opción una suspensión neumática Airmatic (1.584 euros), la primera en turismos de este tamaño, que aporta sensaciones sedosas al volante y hace que el coche filtre y se desplace con gran suavidad.
La paleta mecánica, muy completa, refleja asimismo la sofisticación del Clase C 2014. Contempla variantes de gasolina, diésel, híbridas y hasta híbridas enchufables, todas con sistema Start&stop. Aunque la oferta inicial es reducida y el resto de alternativas irán llegando por etapas. De momento hay tres opciones disponibles: motor 1.6 turbo de gasolina y 156 CV (5,5 litros de consumo medio), 2.0 turbo de 184 CV (5,7 litros) y 2.2 turbodiésel de 170 CV (4,2 litros), que corresponden a las versiones C 180, C 200 y C220 BlueTec, respectivamente. En septiembre saldrán el 2.0 turbo de 211 CV (C 250) y el 2.2 turbodiésel de 204 CV (C 250 BlueTec), aparte del híbrido diésel C300 BlueTec Hybrid, que comparte mecánica con el Clase E híbrido y anuncia un gasto promedio de 3,6 litros. Además, aparecerán nuevas mecánicas de gasóleo de Renault, fruto de la colaboración entre los fabricantes, dos 1.6 con 116 y 136 CV y consumos medios desde 3,8 litros (C180 BlueTec y 200 BlueTec).
Más adelante, a finales de 2014 o ya iniciado 2015, saldrá un C 400 4 Matic, con motor 3.0 V6 turbo, 333 CV y tracción 4×4, versiones deportivas de alta potencia, firmadas por AMG, y el híbrido enchufable, del que todavía no hay datos.
La mayoría de versiones vienen de serie con caja manual de seis marchas, salvo la híbrida y la C 400, que incluyen un cambio automático de siete marchas, opcional en el resto (2.795 euros). La tracción 4 Matic podrá montarse en más motores.
Todos los motores diésel cumplen ya la norma de emisiones europea UE6, que entra en vigor el próximo septiembre y reduce al mínimo la cantidad de óxidos de nitrógeno (NOx) que pueden expulsar las mecánicas de gasóleo. Para cumplirla, se añade un depósito con una solución acuosa de urea que ayuda a eliminar los NOx y se ubica en lugar de la rueda de repuesto, que se sustituye por un kit para reparar los pinchazos.
La dotación de serie reúne casi todo lo esperado en un coche de este precio y categoría, salvo los respaldos abatibles y algún otro sistema como el control de velocidad. Cuenta con siete airbags y control de estabilidad ESP, equipo de música, USB, bluetooth, climatizador, llantas de aleación (de 16 pulgadas), faros y limpiaparabrisas de conexión automática, sensor de presión de ruedas, freno de mano eléctrico, volante multifunción, ordenador de viaje y asientos delanteros con ajuste eléctrico parcial, aparte de sistema de seguridad como los controles de atención del conductor y de la distancia de seguridad.
La lista de extras es enorme y permite montar avances como el sistema HUD, de proyección de información en el parabrisas, o lo último en comunicación, confort y seguridad, como acceso a Internet, piloto automático para atascos y la frenada de emergencia autónoma, que puede frenar a fondo y evitar un accidente siempre que la diferencia de velocidad con el obstáculo no supere los 50 km/h. Y también, TV, asientos con calefacción y ventilación y hasta un equipo de música con sonido envolvente, como en las salas de cine.
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