El ABS, los airbags y hasta los radares antichoque que se están popularizando ahora, llegaron al automóvil en el Clase S, el buque insignia de Mercedes, que suele estrenar las últimas tecnologías del sector. Pero la nueva generación, ya disponible en España (desde 91.800 euros), supone un salto adelante espectacular que sienta las bases de la conducción sin intervención humana y nos acerca a un futuro automatizado más próximo de lo que parece.
Cuando todo parecía inventado en el automóvil, el Clase S se adentra en vías casi de ciencia-ficción y optimiza los conceptos actuales. Aparte de añadir más dispositivos, incorpora sobre todo la plataforma técnica para gobernar y coordinar el funcionamiento de todos ellos: mecánica, sistemas de seguridad y tecnologías de confort. Y se queda justo al borde de la conducción automática, técnicamente ya viable, pero pendiente de cambios legales: la responsabilidad del accidente pasaría del conductor al vehículo, lo que exige replantear los seguros.
Lector de baches
Entre los avances más impactantes del nuevo Clase S están los cinturones traseros con airbag integrado o el Magic Body Control, un sistema de compensación de baches: una cámara frontal va leyendo las irregularidades de la calzada y envía una señal a la suspensión inteligente, que adapta sus reglajes al instante: consigue que los badenes, guardias tumbados, juntas de dilatación, tapas de alcantarilla y demás ondulaciones del piso se filtren como por arte de magia, sin que los ocupantes apenas lo perciban.
Mercedes agrupa estas tecnologías de vanguardia en tres grandes áreas: conducción inteligente, eficiencia mecánica y esencia del lujo. Y en todas, el Clase S explora nuevas fronteras. Sus sistemas de seguridad ven el peligro (columna derecha), tiene tres versiones híbridas con consumos y emisiones de utilitario (recuadro central) y supera los gadgets de otros palacios rodantes (asientos con masaje y refrigeración interna, ambiente ionizado…).
Todo esto es lo más importante, porque el resto, como el valor a los soldados, se le supone. Y aparte de cumplir, supera las expectativas. Por fuera tiene una línea estilizada y fluida, con la parrilla frontal más tumbada, una silueta casi cupé y una zaga baja y corta. Y es el Clase S más deportivo y menos voluminoso de la historia, con un estilo más joven y una aerodinámica récord (Cx: 0,23). El interior mima el detalle, ofrece más amplitud en todas las plazas y un buen maletero. Y aparte de poderse personalizar con los cueros y maderas más sofisticados, tanto la climatización como la insonorización y el confort de la suspensión son impecables. La guinda la pone la mecánica, con potencias y prestaciones sobresalientes, y una eficiencia sorprendente (recuadro central). Y el resultado es un funcionamiento exquisito que convierte la conducción en una experiencia relajante y los viajes en un deleite sensorial para los pasajeros.
Piloto automático
El arsenal tecnológico del Clase S resulta espectacular, sobre todo en seguridad: incluye de serie ocho airbags (hasta 11 como opción), ABS, control de estabilidad ESP, detector de fatiga, lector de señales, sensor de presión de ruedas, aviso de prevención de accidentes y sistema Pre-Safe (tensa los cinturones y cierra las ventanillas si hay riesgo de colisión).
Además, se ofrecen varias evoluciones. La del sistema Pre-Safe detecta ahora los peatones que cruzan delante y frena a fondo si el conductor no actúa; la del radar antichoque Distronic Plus lo convierte en un piloto automático para atascos: mantiene la distancia de seguridad, acelera, frena y gira el volante por si solo. Funciona hasta 60 km/h y es especialmente útil en las caravanas de autopista. Por seguridad, el conductor ha de mantener, al menos, una mano sobre la dirección, aunque sin necesidad de aplicar fuerza alguna.
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