Estamos tan acostumbrados a los coches que a menudo pasamos por alto que se trata de máquinas de una complejidad altísima. Muestra de ello es el proceso de producción de cada uno y cómo, estando formados por unas 4.000 piezas, todo encaja para funcionar sin problemas.
Podemos ver nuestros vehículos como un enorme puzle, uno en el que es necesario que todo esté colocado con enorme precisión para que nada falle. Al igual que ocurre en otras marcas, en el departamento de Técnica de Medición de Seat se encargan de que así sea, trabajando con diversos métodos que permiten medir con una precisión de una décima de milímetro.
Obviamente el avance de la tecnología ha supuesto un salto enorme en este aspecto, algo que se refleja en las cifras: hace unos años se medía con tecnología táctil a un ritmo de un punto por segundo, actualmente en ese tiempo, con fotometría y escaneado láser, se analizan 200.000. "Gracias a ello no sólo tenemos mucha más información, sino que somos capaces de entender el comportamiento de cada una de las piezas del vehículo en menos tiempo, siendo así mucho más efectivos en la introducción de mejoras”, apunta Pedro Vallejo, gerente de Técnica de Medición y Meisterbock de Seat.
Y esto es así hoy, pero la industria ya tiene puesta la vista en el futuro, en el que será capital la realidad virtual: “La virtualidad ya nos permite multiplicar de forma exponencial los puntos de análisis y, gracias a un personal cualificado, podremos ser todavía más rápidos y ágiles”, expone Vallejo.
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.