Casi ocho gramos de alcohol por litro de sangre: la tasa que bate todos los récords en un control 

Hay historias que sorprenden por lo inesperadas que son. Situaciones que parecen imposibles y que, sin embargo, ocurren en la vida real. Eso ha ocurrido en un simple control rutinario, que se ha convertido en un récord que nadie imaginaba.

A principios de diciembre, en Coulommiers (Seine-et-Marne, Francia) el protagonista fue un conductor de 55 años. Provocó un accidente en la citada localidad y su comportamiento atrajo la atención de las autoridades.

Estaba tan ebrio que la policía prefirió llevarlo directamente al hospital en lugar de detenerlo. Una vez en el centro sanitario, el conductor entró en coma etílico. Le realizaron una prueba de alcoholemia y el resultado fue de récord: 7,92 gramos de alcohol por litro de sangre.

El conductor en cuestión no es un desconocido para la policía. Tal y como señalan desde Le Pays Briard, sabían quién era por su problema de adicción. Tras el incidente, fue citado a comparecer ante el tribunal.

En Francia, para los conductores generales, los límites legales de alcohol al volante son los mismos que en España: 0,25 mg/l en aire espirado (equivalente a 0,5 g/l en sangre). Cuando el nivel se ubica entre 0,5 y 0,8 g/l, la sanción es de 135 euros, seis puntos y una posible suspensión del permiso de hasta tres años.

Por encima de 0,8 g/l se considera un delito penal. En este caso la multa puede ser de hasta 4.500 euros, dos años de prisión, hasta tres años sin carnet de conducir y una posible retención del vehículo.

El récord en España

En España, un positivo se considera delito penal cuando el conductor supera 0,60 mg/l en aire espirado o 1,2 g/l en sangre. El récord más alto, registrado hasta el momento, corresponde a una tasa de 2,88 mg/l en aire espirado.

Este caso ocurrió en febrero de 2016 en Vitoria y, hasta hoy, sigue siendo la cifra más alta oficialmente documentada en un control de alcoholemia en territorio español.

En junio de 2025, en Fornells de la Selva (Girona), los Mossos d’Esquadra detectaron un conductor con una tasa de 1,83 mg/l en aire espirado: esto es, aproximadamente, siete veces el límite legal de 0,25 mg/l.