Viajar en coche tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Uno de ellos es pasar por la gasolinera de tanto en tanto, algo que puede disparar el coste total del viaje y afectar al bolsillo de los viajeros.
También hay que tener cuidado, por supuesto, con el precio de la gasolina o el diésel. Y es que, obviamente, en cada país el coste de los combustibles varía. Si a esta suma de factores le añadimos la posibilidad de ser víctimas de un estafa, el viaje puede acabar saliendo muy caro.
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Y, si no, que se lo digan a dos turistas suizos que viajaron hasta Italia y volvieron a casa con la friolera de 555 euros menos en la cuenta del banco, todo apunta por una estafa en la gasolinera. Así lo cuenta el medio Blick, a quien los afectados han escrito directamente.
Todo empieza con un idílico viaje en familia por la Toscana, donde es habitual recorrer en coche esas pequeñas carreteras custodiadas por altos cipreses. Esta pareja viajaba en autocaravana y, de vuelta a casa, pararon a repostar en una gasolinera. Ahí empezó su pesadilla.
Estafa en la gasolinera
Tal y como cuentan en Blick, en la gasolinera pasaron muchas cosas. “El empleado estaba estresado y nos metía prisa todo el rato”. Decidieron pagar con tarjeta y, al introducir la cifra del repostaje, el trabajador se equivocó. Así, en vez de pagar 61 euros, acabaron pagando 616 euros por llenar el depósito. “Mirándolo con retrospectiva, creo que una estafa”.
El vídeo del día
Estos turistas suizos, tras su paso por la gasolinera, se dieron cuenta de esta estafa. Al mirar la cuenta del banco, esta estaba rozando los números rojos y los nervios no tardaron en aflorar. “Casi se desploma, no podía creerlo”, explica el afectado sobre la reacción de su pareja.
Intentaron llamar al banco para solucionar el problema, pero no hubo manera. Al haber confirmado con el número PIN la transacción, la entidad les dijo que nada podían hacer. Ahora están en medio del trámite para presentar una reclamación por un cargo excesivo, un rayo de esperanza en toda esta pesadilla.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.