Ciclistas y conductores comparten espacio tanto en la ciudad como fuera de ella: una convivencia que no siempre es del todo ideal. Para mejorarla, en algunos puntos, existen carriles específicos para bicicletas y la forma de separarlos ha generado un torrente de curiosidad en Italia.
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La cuenta de Instagram Bike Italia ha hecho un vídeo sobre los separadores que, en algunos lugares de España, se emplean para delimitar el espacio destinado a las bicicletas en la calzada del resto.
Los definen como “pequeños, pero visualmente llamativos y robustos bordillos” y aseguran que protegen a los ciclistas del tráfico rodado sin ocupar demasiado espacio. Aseguran que es una “solución sencilla, económica y eficaz para garantizar la seguridad”.
Los llamados bordillos ‘armadillo’ son una fórmula accesible y, según apuntan desde Bike Italia, su eficacia está demostrada: ayudan a crear una separación física entre coches y bicicletas, reduciendo el riesgo de accidentes y aumentando la percepción de seguridad de los ciclistas.
Los ‘armadillos’ españoles, ilegales en Italia
La admiración de Italia por los ‘armadillos’ españoles no traspasará las fronteras del país transalpino. O, mejor dicho, no podrá debido a la legislación vigente. Allí, según el Decreto Ministerial 557/99, serían ilegales… y no por los estragos que pueden causar en los neumáticos y que los han convertido en objeto de críticas por parte de algunos usuarios de la vía.
Esta norma establece que las estructuras que separan los carriles-bici de la calzada destinada a vehículos a motor debe tener, como mínimo, una anchura de 50 centímetros. Esto hace inviable la instalación de los ‘armadillos’ españoles, que no cumplen este requisito de tamaño.
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