Después de ocho años de lucha en los tribunales, una pareja de jubilados puede respirar aliviada. Carmela Caporaso y Sergio Maldotti sienten alivio porque ya no tendrán que abonar las más de 70 sanciones por exceso de velocidad que llegaron a su buzón.
Más información
En diciembre de 2017, el Ayuntamiento de Milán instaló radares en Viale Fulvio Testi: una radial de la ciudad. Las cámaras se ubicaron tanto en dirección norte como sur y controlan el cumplimiento del límite de velocidad de 50 km/h.
En cuanto se activaron los cinemómetros, decenas de conductores fueron sancionados porque antes de entrar en la ciudad el límite es de 70 km/h y no bajaban el ritmo. Uno de ellos fue Sergio Maldotti que, entre 2017 y 2018, recibió 72 multas.
72 multas entre 2017 y 2018
Sergio Maldotti trabajaba como gerente en un almacén de frutas y verduras en Lecco. Cada día, debía estar allí a las 4:30 de la mañana y durante 20 años pasó por Viale Fulvio Testi para llegar a su destino.
Para él, el radar fue una sorpresa: al principio ni siquiera estaba bien señalizado y siguió circulando por encima de los 80 km/h sin darse cuenta. Además, las multas no llegaron de inmediato y no se puedo dar cuenta de su error para corregirlo.
La pareja pidió ayuda a la asociación Globo Consumatori, conocida por su activismo en defensa de los derechos de los consumidores. Presentaron un recurso de apelación ante el Juzgado de Paz, pero fue desestimado el 23 de febrero de 2022 porque alegó que no hay diferencias entre la homologación y la aprobación de un radar.
Segundo intento
Apelaron la sentencia y un tribunal declaró ilegales las 72 multas: “Nos habrían costado más de 10.000 euros y probablemente le habrían quitado el carnet temporalmente”, explicó la mujer de Sergio Maldotti a Il Giorno.
El citado tribunal estableció que la multa de un radar homologado, pero no debidamente aprobado, es ilegal. Y, además, el Ayuntamiento de Milán tampoco fue capaz de demostrar que el dispositivo cumplía con los requerimientos necesarios en el juicio.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.
