La gestión de los aparcamientos de los supermercados es privada y, por lo tanto, cada uno de estos establecimientos puede tener reglas diferentes. Especialmente, en lo que concierne al tiempo máximo permitido para estacionar.
Mientras que en algunos supermercados ofrecen un periodo de aparcamiento gratuito con la compra y, exceder la duración del estacionamiento conlleva el pago por minutos, otros directamente optan por sancionar a los conductores.
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Una mujer ha recibido una multa precisamente por utilizar el aparcamiento de un supermercado con una política de esta segunda categoría. El motivo de esta sanción ha provocado un gran revuelo y la conductora lo ha considerado una broma de mal gusto.
Esta mujer, de 67 años, sufre esclerosos múltiple. Acudió a hacer su compra al supermercado de la marca Lidl, en Winterthur, Suiza, y utilizó la plaza de aparcamiento para personas con movilidad reducida. Entró al establecimientp, volvió a recuperar el vehículo y abandonó el parking, desconocedora de que le esperaba una multa de 40 francos (unos 40 euros).
Lidl ha anulado la multa
La empresa que gestiona el aparcamiento del Lidl, Parkedepot, emitió la sanción alegando que la conductora había excedido el tiempo máximo permitido para aparcar: una hora. La mujer ocupó la plaza reservada durante una hora y 42 minutos, ya que por su enfermedad necesita más tiempo para desplazarse.
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Desde Lidl han pedido disculpas por este incidente y han recalcado que las cámaras que registran la entrada y la salida de los vehículos no distinguen entre aquellos usuarios que tienen tarjeta de discapacidad y los que no.
Sí que es cierto que se puede pedir una ampliación de este tiempo máximo permitido de una hora. La mujer afectada explicó que tenía que haber enviado su tarjeta de discapacidad por email a la empresa con antelación. Tras la queja, la multa de 43 euros que recibió tras aparcar en el supermercado ha sido anulada y Lidl ha prometido que revisaría las condiciones de uso de su aparcamiento.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.