El siguiente vídeo se ha viralizado rápidamente en las distintas plataformas por algo que sucedió en Austria, donde un conductor de un Bugatti Chiron fue sorprendido circulando a 123 km/h en una zona limitada a 60 km/h en Viena.
En lugar de imponerle una multa o una pena de cárcel, la policía austriaca confiscó el vehículo de lujo, siguiendo una política estricta contra los grandes excesos de velocidad. Y es que esta medida forma parte de un endurecimiento reciente de las leyes de tráfico en ese país, que permite la incautación y posible reventa de vehículos cuyos conductores superen los límites de velocidad en más de 60 km/h.
El conductor, de 38 años, alegó que el coche pertenecía a un amigo, pero esto no impidió que la policía retirara su permiso de conducir de inmediato. La política austriaca busca disuadir comportamientos peligrosos en la carretera, incluso para propietarios de vehículos de alta gama como el Bugatti Chiron, que puede alcanzar velocidades extremas en pocos segundos.
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