Una moto digna de todo un superhéroe. Ahí es nada. El guante se lanzó desde 20th Century Fox España y, sin pensarlo dos veces, lo recogieron los especialistas de Pan Speed Shop. Unos preparadores instalados en Alcalá de Henares (Madrid), que en un tiempo récord han sido capaces de construir una máquina excepcional y artesanal para la promoción de Logan, la tercera película de la saga de Marvel que se estrena este viernes en los cines de toda España.
Peter G. Tapia y Efraón Triana son los padres de la criatura, el alma de esta fábrica de sueños que se ha puesto en funcionamiento hace poco tiempo, pero que ya ha construido motos fuera de lo común. Peter se encarga principalmente del negocio (aunque tampoco le cuesta coger la herramienta siempre que puede), mientras que Efraón es el artista del diseño y la mecánica. Ambos han contado tan solo con dos meses para completar el proceso, desde los primeros bocetos en papel hasta tener la moto lista para su presentación esta misma semana.
Han sido, como explica Peter, semanas de intensa actividad: “En condiciones normales, un proyecto como este hubiera requerido el doble de tiempo para cualquier preparador. Pero nosotros teníamos el que teníamos y hemos trabajado sin descanso para cumplir los plazos que acordamos con la productora. Era un desafío, pero nos encanta lo que hacemos, así que no hemos escatimado esfuerzos y creemos que el resultado ha merecido la pena. Esperamos que la moto guste a los seguidores de Logan, que sepan apreciar los muchos detalles que la relacionan con el personaje”.
Efraón cuenta las razones por las que se decantaron por una Harley-Davidson Road King: “Sabíamos que eligiendo este modelo, uno de los más grandes y pesados de la marca, nos complicábamos aún más la vida. Sin embargo, queríamos una moto con la prestancia que exigía el personaje, que se correspondiera con su estilo, y la Road King nos pareció ideal. Partimos de una moto de serie con el clásico motor en V de la marca, en su versión de 103 pulgadas cúbicas y con alimentación por inyección electrónica. En este sentido, es una máquina moderna, con todas las ventajas que eso representa en términos de funcionamiento y prestaciones. El motor va como un tiro, redondo”.
Pero lo que verdaderamente distingue a esta Road King es la detallada transformación a la que ha sido sometida, como enumera el técnico que la ha desarrollado: “Del propulsor hacia atrás es una moto completamente nueva. Nos hemos desprendido de todos los elementos que la convierten en una máquina viajera para llevarla a lo esencial de un concepto más clásico, con su asiento monoplaza suspendido y respetando la doble amortiguación. Cortamos el chasis y le añadimos la estructura tubular para que esto fuera posible, rematada por el guardabarros de serie pero modificado en una pieza de líneas simples y puras. Hemos fabricado la mayoría de las nuevas piezas nosotros mismos, preferimos no recurrir a marcas de accesorios y, además, tampoco las hubiéramos encontrado, son únicas”.
Una vez definida la base, quedaba otra tarea no menos importante en palabras de Triana: “Peter y yo pretendíamos que la moto se asociara por completo con Lobezno, que sus seguidores al verla tuvieran claro de quién era. Por eso tiene multitud de pequeños detalles que se relacionan directamente con el personaje. Desde las garras integradas en los laterales del depósito de combustible a la purera en la que termina la consola central de la instrumentación, pasando por el filtro de aire o el faro delantero con la X que define a la saga de superhéroes o el tapizado del asiento. Sin olvidar el trabajo de pintura, otro de los fuertes de la preparación y que hace referencia al verde militar, pero con una serie de matices que lo distinguen de cualquier otro. Además, le hemos dado a muchas piezas de un acabado que imita al desgaste propio de algo usado, queríamos que la moto transmitiera la sensación de haberse curtido al mismo tiempo que su propietario”.
A todo ello hay que sumar las exigencias técnicas de una moto que es perfectamente homologable para circular por vías públicas. “No es fácil montar todo lo necesario para circular sin que chirríe en una moto como esta, pero lo hemos conseguido con esfuerzo e ingenio. Los intermitentes delanteros van integrados en las barras de protección laterales y todas las luces traseras se han encastrado en una fina hilera en el borde posterior de asiento monoplaza. Tal y como la vemos, la preparación solo necesitaría unos espejos retrovisores y la matrícula para salir a rodar legalmente por la carretera”, explica con entusiasmo Efraón.
La satisfacción de sus creadores es evidente y parece justificada. No solo han conseguido materializar en tiempo récord una máquina extraordinaria, también creen que abren una nueva tendencia dentro del panorama de los preparadores españoles, tal y como argumenta Peter: “Nos apetecía mucho este proyecto por la propia moto y también porque hasta ahora, en España, nunca se había utilizado un producto de estas características como herramienta de marketing. En otros países es habitual, pero diría que aquí es la primera vez que se construye una moto inspirada en una temática tan concreta y con fines promocionales. Creemos que es un campo con mucho potencial y hemos sido precursores”.
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