El futuro, en dos capítulos. Goodyear presenta dos prototipos de neumáticos capaces de ofrecer propiedades casi de ciencia-ficción. El primero, denominado Intelligrip Urban Concept, se comunica con el coche para informarle tanto del estado de la carretera como de su nivel de desgaste, mientras que el otro, conocido como Eagle 360 Urban Concept, va mucho más allá y testa un nuevo material, bautizado como “piel biónica”, capaz de alterar el dibujo de la cubierta para adaptarse a suelos secos y mojados e, incluso, de recuperar su forma original para autorreparar un pinchazo.
Ambas propuestas están pensadas para los coches autónomos de uso urbano del mañana, esos que se espera circulen por las ciudades sin conductor a bordo llevando a pasajeros de un sitio a otro. Y como los vehículos se desplazarán solos, lo lógico es que monten neumáticos que sean también autosuficientes, o que se acerquen al menos.
El Intelligrip incluye sensores y puede ‘hablar’ con el coche en dos direcciones. La rueda informa al vehículo del estado del asfalto, lo que permite aumentar la precisión de funcionamiento de sistemas como la suspensión electrónica y el control de estabilidad, por ejemplo, porque dispondrán así de información adicional y de primera mano, proveniente directamente del asfalto. Pero la otra vía es casi más importante. Las cubiertas identifican su nivel de desgaste y alertan al modelo cuando estén próximas a agotarse, para que acuda al taller a reemplazarlas. Este avance está muy próximo a aplicarse, entre otras cosas porque se basa en tecnologías ya en uso.
El Eagle 360 Urban, por su parte, no es un neumático, sino una bola esférica. Goodyear se la imagina integrada en vehículos futuristas que funcionen con levitación magnética, como los trenes bala japoneses, pero parece, cuando menos, improbable. Sin embargo, el material y sus características resultan más creíbles.
El material puede alterar su dibujo para adaptarse a pisos secos y húmedos con el objetivo de potenciar el agarre. Y, aplicando el mismo principio, es capaz también de autoreparse, cerrando, literalmente, el orificio o desperfecto que haya causado la pérdida de aire. Por el momento es un prototipo que está en fase de I+D, pero Etienne Besnoin, responsable de Innovación Global del fabricante, vislumbra que la propuesta podría «estar lista hacia 2030».
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram