¿Cómo serán algunos coches icónicos en 2050?

Es un icono que en 2001 resurgió, manteniendo su carácter urbano, pero en un envoltorio más musculoso y con más presencia. Tiene lógica que, dado su concepto, en 2050 solo sea eléctrico, de ahí la parrilla completamente carenada con la característica bandera del Reino Unido. Se mantienen elementos reconocibles de su diseño, como los faros redondos, pero su figura está más estilizada. Vía Budget Direct Car Insurance

Mercedes ha mostrado interesantes prototipos en los últimos tiempos (como el AMG Vision Gran Turismo) y esta versión futurista del SL sigue la línea marcada por ellos: parrilla Panamericana en posición muy baja, formas suaves y redondeadas, enormes llantas, pasos de rueda musculosos y un alargado capó, entre otros elementos.

El muscle car por excelencia seguirá (seguramente) vendiéndose en 2050, pero posiblemente tenga que reconvertirse en eléctrico, camino que ya ha emprendido el Mustang Mach-E. Y la versión a pilas presta varios elementos a este diseño imaginado, como el frontal o la firma lumínica de los faros delanteros. Todo ello con una carrocería todavía más estilizada y con una aerodinámica optimizada.

Para intentar acertar con el futuro del Corolla, se ha tomado como punto de partida el prototipo Concept-i. Seguramente sea la interpretación más futurista de la galería: el superventas japonés se convierte en un modelo 100% eléctrico, de forma abombada, con un frontal incisivo y una línea de cintura ascendente que acaba en una zaga bastante alta.

Es uno de los coches más longevos del mercado y en sus últimas generaciones ha destacado por una imagen más arriesgada que la de sus rivales. Esto seguramente se traslade a sus versiones futuras, y la idea queda representada por los pasos de rueda que prácticamente abrazan el capó y por el voluminoso alerón integrado en la zaga.

Los sedanes no pasan por su mejor momento, pero entre las marcas premium siguen disfrutando de bastante aceptación. De seguir a la venta en 2050, el Jaguar XJ tendría una imagen evolucionada, bastante inspirada en el I-Pace, pero con un toque más deportivo y arriesgado que el del modelo actual.

El Corvette experimentó en 2019 el mayor cambio de su historia, pasarse a una configuración de motor central. Esto supuso una importante transformación morfológica, con un frontal todavía más bajo de lo habitual y una zaga más elevada. Su versión de 2050 mantiene esa línea, aunque su mecánica sería ya completamente eléctrica.