A finales de los años 50 del pasado siglo, en el departamento de competición de Skoda se trabajaba con sigilo en el proyecto 968. Se trataba de un coche de carreras enfocado a la por entonces boyante especialidad de resistencia en circuitos cerrados.
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Por los avatares políticos de la época y posteriormente por los cambios de reglamento en la competición de resistencia (que eliminó la categoría inferior a 1.100cc), solamente se llegaron a producir dos ejemplares que desafortunadamente desaparecieron con el tiempo, destruidos en sendos accidentes de carretera después de pasar a manos privadas.
Por suerte, en el Museo de Skoda de Mladá Boleslav (República Checa) se han conservado durante este tiempo casi todas las fichas de ingeniería y la documentación sobre el olvidado proyecto, además de algunas piezas originales.
Con todo ello y las actuales competencias de ingeniería de la marca, el 1100 OHC Coupé ha vuelto a la vida para conmemorar los 120 años de existencia del departamento de competición de Skoda.
El 968, o 1100 OHC como se conoció comercialmente, era un coche de competición que aprovechó toda la tecnología punta disponible en la época. Disponía de un ligero chasis multitubular y una carrocería de aluminio que rebajaban drásticamente el peso del vehículo hasta los 555 kilos.
Potencia de 92 CV y 200 km/h
Dotado de suspensiones trapezoidales en el eje delantero y un eje rígido detrás, recurría a un motor de cuatro cilindros, un solo árbol de levas y refrigerado por aire, que era utilizado en la época por el modelo de serie 440 Spartak.
La potencia inicial de esta mecánica era de 40 CV, pero los ingenieros consiguieron extraer hasta 92 CV de este sencillo motor con poco más de un litro de cilindrada. Suficiente para que el pequeño Skoda volara sobre la pista a 200 km/h.
La reconstrucción del 1100 OHC Coupé ha requerido inicialmente un profundo trabajo de investigación por parte del equipo en el archivo del museo. Y, como han declarado los responsables, lo más difícil ha sido reproducir, en ocasiones a base de golpe de martillo, la liviana carrocería de aluminio.
Pero además del trabajo puramente artesanal, los ingenieros de la fábrica checa también han recurrido a las modernas tecnologías, como el diseño 3D por ordenador, para recrear virtualmente con precisión el modelo antes de su construcción real.
Ahora, el renacido 1100 OHC Coupé pasará a formar parte de la histórica colección del museo de Skoda y se exhibirá junto a su pariente de carrocería descubierta, la barqueta de carreras 1100 OHC de 1957 y que sirvió de base para desarrollar las dos unidades desaparecidas de la versión Coupé.
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