Así termina el caso del magnate que condujo un Bugatti a 417 kilómetros por hora

Se convirtió en viral y su historia apareció en muchos titulares. Hoy, su vídeo tiene más de 11 millones de visualizaciones y sigue en la palestra. Se trata de la grabación del magnate checo Radim Passer, quien cuenta con un canal YouTube donde publica sus pruebas de velocidad en las Autobahn (autopistas alemanas) con modelos de Lamborghini o Porsche, entre otros coches de gran potencia.

La polémica surgió cuando Passer condujo hace unos meses su Bugatti Chiron a una velocidad fuera de lo común y publicó el resultado en sus redes sociales.

El millonario llevó a su superdeportivo a alcanzar los 417 kilómetros por hora. Lo hizo de madrugada, en una carretera alemana entre Berlín y Hannover.

¿Problemas con la justicia?

La acción de Passer no es ilegal, pues ciertos tramos de las Autobahn no cuentan con límite de velocidad. De todas maneras, el Ministerio de Transporte alemán consideró que la velocidad máxima es aquella que permita tener el vehículo “constantemente bajo control”.

En consecuencia, y a través de un comunicado publicado en enero de este año, el Gobierno condenó el acto y el ministerio rechazó «cualquier comportamiento en el tráfico rodado que conlleve o pueda poner en peligro” a los usuarios de la vía. Recordó, además, que cualquiera que circule en el tráfico “debe comportarse de manera que ninguna otra persona resulte dañada, puesta en peligro, obstruida o molestada más de lo que es inevitable dadas las circunstancias”.

La decisión final

Finalmente, meses después de la polémica, la justicia alemana ha decidido no presentar cargos contra del checo. Según la agencia de noticias DPA, los fiscales de Stendal revisaron las grabaciones y concluyeron que Radim Passer no había infringido la ley al no haber puesto en peligro a nadie durante la conducción, porque «había elegido el mejor momento y las mejores condiciones” para ello.

De hecho, así lo asegura Passer en la descripción del vídeo publicado: “El tramo de la A2 era de tres carriles, 10 kilómetros de recta con una ligera bajada en medio, por lo que había visibilidad en todo el tramo. La seguridad era una prioridad, por lo que las circunstancias tenían que ser seguras para hacerlo”.