La BMW S 1000 RR lleva siendo, desde el momento en que vio la luz, uno de los modelos de referencia dentro de las motos superdeportivas. Ahora, la marca bávara la pone al día para conseguir un más y mejor en toda regla que afecta a múltiples áreas.
La primera en la que ha puesto su atención BMW es en el motor. No es que precisamente se quedara corta en este apartado, pero el bloque tetracilíndrico recibe un pequeño ajuste para ganar 3 CV y llegar hasta los 210 CV, así como para aumentar su par máximo hasta los 113 Nm.
Para digerir la fuerza de la mejor manera posible, la moto incorpora nueva tecnología. La función Control de Deslizamiento se suma al Control Dinámico de Tracción DTC y permite regular cuánto escurre la rueda trasera al acelerar en curva, consiguiendo un mejor agarre y salidas más rápidas.
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Esta tecnología se complementa con el Brake Slide Assist, sistema que se basa en sensores de ángulo de dirección y ayuda a controlar la derivas de frenado mientras la moto se desliza en las curvas a una velocidad sostenida.
Más estabilidad en el asfalto
Las otras dos áreas en las que mejora son la aerodinámica y el chasis. Respecto a lo primero, cuenta con una sección frontal rediseñada que incluye alerones. Esto mejora el contacto de la rueda delantera con el asfalto, reduciendo la tendencia a hacer caballitos y ganando estabilidad. Por otra parte, también estrena una sección trasera más ligera.
En cuanto a lo segundo, el bastidor principal cuenta con varias aberturas en las zonas laterales, se ha aplanado el ángulo de dirección en 0,5° y el desplazamiento de las pinzas triples se ha reducido en tres milímetros. Esta nueva geometría del chasis consigue una mayor precisión de conducción.
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