No todos los coches híbridos potentes iban a ser superdeportivos, ¿no? Peugeot, concretamente su división Sport, lleva el concepto a un nuevo formato, el de los compactos, reformulando el concepto de hot-hatch gracias a la hibridación.
A pesar de su llamativo diseño, empezaremos por lo que realmente importa: el interior. Y no, no es por caer en el tópico: el 308 R Hybrid cuenta con un sistema híbrido formado por un 1.6 THP de 270 CV, dos motores eléctricos de 115 CV (uno en cada eje) y una batería de iones litio de 3 kWh ubicada bajo las plazas traseras (se recarga solo en media hora). Con esta configuración entrega una potencia total de 500 CV, un par máximo de 730 Nm y actúa como un tracción total. De transmitir la fuerza se encarga una caja de cambios automática de seis relaciones, con la que hace el 0-100 en cuatro segundos, alcanza los 250 km/h y, ojo al dato, consume solo tres litros a los 100 kilómetros.
Además, cuenta con cuatro modos de conducción para adaptarse a las necesidades de cada momento. El ‘ZEV’ utiliza principalmente el motor eléctrico trasero y el delantero como apoyo, pero no se emplea el de combustión. El ‘Road’ usa solo el de combustión y el eléctrico trasero como ayuda, entrega 300 CV y 400 Nm. El ‘Track Day’ emplea ambos propulsores pero suma el eléctrico delantero en lAs aceleraciones para llegar a los 400 CV y 530 Nm. Por último, el ‘Hot Lap’ libera todo el potencial del compacto.
De vuelta a las apariencias, parte de la base del 308 normal pero también toma rasgos del prototipo Quarz, por lo que gana presencia. Luce una parrilla específica en forma de cuadrícula, los pilotos incluyen luces diurnas LED, el capó está ventilado, en los paragolpes llaman la atención las enormes entradas de aire, la carrocería tiene un acabado bitono azul brillante/negro mate y se han ensanchado las vías en 80 mm para cobijar las llantas de 19 pulgadas con neumáticos 235/35.
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