Seas un defensor acérrimo o uno de los más activos detractores del Juke, no puedes negar que la creación de Nissan ha convencido al público y al mercado, y que cuando presentaron el Juke-R pasamos a hablar de otra cosa. ¿Un SUV compacto con el motor y los componentes de un Nissan GT-R? No se nos ocurre una mejor manera de vender el producto
Pero ya hace un tiempo de eso y toca volver a agitar al respetable, por lo que aprovechando el facelift del todocamino, Nissan va llevar a GoodWood el Juke-R 2.0, que cumple la tan manida frase de “más y mejor”.
Dado que se basa en el restyling, su apariencia estética se modifica ligeramente respecto a la versión 1.0, sobre todo en el frontal. La mayor diferencia la encontramos en el paragolpes inferior, donde el característico estilo ‘toberas’ deja paso a un diseño más rectilíneo que recuerda al anterior Skyline; también se modifica la parrilla, los retrovisores incorporan los intermitentes y las llantas estrenan diseño.
Pero, seamos sinceros, los cambios de imagen son pecata minuta en este caso y ni de lejos nos importan lo mismo que el apartado mecánico. Pongámonos en situación: el Juke-R original de 2011 montaba un bloque 3.8 biturbo de 545 CV. El 2.0 monta el bloque del GT-R Nismo, un V6 biturbo del mismo cubicaje, pero que entrega 600 CV.
No hay datos oficiales sobre sus prestaciones, pero dado que es más potente que su predecesor, no es difícil imaginar que rebajará los tres segundos que éste tardaba en completar el 0-100.
Esperamos más información en el festival de GoodWood, como por ejemplo si la marca se animará a producir aunque sea una pequeña serie limitada.
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