Hace ya un mes que descubrimos el Q30, el primer compacto de Infiniti que, sin embargo, la propia marca define como un nuevo tipo de vehículo, que se situaría entre un compacto del segmento B y un, digamos, crossover, por no llamarlo todocamino.
Ahora se ha presentado en el Salón de Frankfurt y, pese a que su nicho de mercado parece estar un poco en tierra de nadie, ha tenido bastante buena aceptación. Estéticamente es fácil reconocerlo como un modelo de la familia, con las formas orgánicas de la carrocería, el diseño del pilar C y la zaga, o el inconfundible paragolpes delantero. Aunque sea un detalle, hay que admitir que la línea superior de la parrilla y los faros delanteros son realmente familiares (coff, coff, Mazda 3, coff, coff).
Por lo mostrado en el evento, la gama estará formada por dos versiones, una normal y una ‘S’ que es más deportiva y, además de tapizados interiores específicos, cuenta con un kit de carrocería distintivo y rebaja la altura del coche 15 mm.
Al mercado europeo llegará con cuatro opciones mecánicas, dos gasolina y dos diésel. Las primeras son dos motores 1.6 turbo, de 122 y 156 CV; mientras que los segundos son un 1.5 de 109 CV y un 2.12 de 170 CV. Al principio solo estarán disponibles asociados a una caja de cambios manual de seis relaciones, pero más adelante se sumará la opción de una transmisión automática de doble embrague de siete relaciones. No hay datos sobre sus prestaciones.
El habitáculo recalca el carácter premium del modelo, con varias opciones cromáticas y de tapicería, que van desde el negro absoluto a una en la que predomina el blanco (en la versión ‘S’), con materiales como el cuero o ante, y costuras de contraste.
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