Día tras día son cada vez más los ejemplos que nos dejan las marcas automovilísticas de que el futuro será eléctrico. Pocos fabricantes son los que se resisten a hacer sus pinitos con la electricidad, ya sea en forma de híbridos o de vehículos 100% eléctricos.
En el segundo grupo se encuentra el RapidE Concept, un prototipo basado en el Aston Martin Rapide S que, gracias al empeño puesto por el grupo inversor chino ChinaEquity y al saber hacer de Williams Advanced Engineering, se ha convertido en una realidad.
Sin embargo, y esto es lo que nos choca, en su presentación, llevada a cabo en el Lancaster House aprovechando una reunión entre el príncipe Guillermo de Inglaterra y el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, se han centrado en lo que supone el prototipo a nivel de negocio y oportunidades, dejando de lado lo que a nosotros nos interesa: sus tripas.
Y es que no se ha facilitado ningún dato mecánico del modelo, ni sistema de propulsión (¿cuántos motores tiene? ¿uno por eje? ¿uno por rueda?), ni sistema de batería (¿tamaño, capacidad, ubicación?), ni prestaciones (¿es más rápido que su hermano de combustión?) ni siquiera consumos o autonomía.
Así que solo podemos verlo como una idea interesante, que apunta maneras… pero poco más. Esperamos los datos Aston, y con ganas.
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