Cada país europeo propone en sus fronteras alternativas para reducir las emisiones contaminantes en sus carreteras, pero no todos están alcanzando sus objetivos. Ante tal situación, algunas naciones podrían optar por enfoques radicales. El Ministro de Transporte de Alemania, Volker Wissing, ha amenazado con prohibir de manera indefinida el uso del coche durante los fines de semana.
En una carta escrita al medio alemán Bild, el político ha expresado que si la coalición gobernante no aprueba las reformas a la ley de protección climática antes de julio creadas para cumplir los objetivos climáticos, habrá que adoptar medidas severas.
Señala que “el hecho de que la enmienda aún no esté en vigor genera considerables incertidumbres jurídicas y fácticas” y que “esto no beneficia ni al clima ni a la reputación del gobierno federal”.
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La enmienda planificada a la ley de reducción de emisiones en Alemania revisa el cumplimiento de los objetivos climáticos analizando todos los sectores en conjunto, en lugar de hacerlo de manera individual. Así, si no se cumple el objetivo general dos años seguidos, el Gobierno federal deberá decidir en qué sector y mediante la aplicación de qué medidas se alcanzará la cantidad permitida de emisiones de dióxido de carbono hasta 2030.
Wissing ha señalado que, de no aprobarse la enmienda, el Ministerio de Transporte tendrá que aplicar “medidas restrictivas que son difíciles de comunicar a la población, como la prohibición total e indefinida de conducir los sábados y domingos”.
Las reacciones a la amenaza
La respuesta de otros partidos políticos y de organizaciones medioambientales no se ha hecho esperar, tachando el anuncio de “simplemente erróneo” y señalando que esa medida agraviará a la población de manera innecesaria cuando hay otras opciones para rebajar las emisiones contaminantes, siendo una de las más discutidas la de establecer límites de velocidad en las Autobahn.
El propio Wissing se ha opuesto a ello en repetidas ocasiones, algo que ahora le reprochan sus contrincantes políticos.
Clara Thompson, experta en movilidad de Greenpeace, ha declarado a la Agencia de Prensa Alemana que “Wissing ha desperdiciado dos años bloqueando todas las medidas de protección climática en el tráfico rodado; ahora inventa escenarios aterradores para no tener que hacer nada en el futuro tampoco”. Además, tacha el movimiento de una manera de distraer descaradamente la atención de sus propios fracasos.
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