El peligro de no conocer el origen de un coche usado: un conductor se queda sin su vehículo en un control 

Las estafas en el mercado de segunda mano pueden afectar gravemente al nuevo conductor. No solo se trata de manipulaciones del cuentakilómetros o daños no declarados, sino que hay coches en venta cuya procedencia no es del todo legal. 

Se trata de coches robados, que intentan venderse rápidamente en el mercado de ocasión o acaban siendo despiezados para vender recambios. También pueden ser coches sobre los que pesa un embargo o que se encuentran en una situación irregular.

En estos casos, será el nuevo conductor y propietario quien pague las consecuencias. Uno de los peligros de no comprobar el origen de un coche usado será quedarse sin vehículo, ya que como prueba de un delito pasará a disposición judicial. La segunda es que este propietario, probablemente, pierda también el dinero que gastó en la compra del coche de segunda mano. 

El último caso que pone de relevancia los peligros de comprar un coche usado sin comprobar que esté todo en regla ha tenido lugar en Rumanía. Un conductor rumano de 42 años se ha quedado sin su vehículo al pasar por un control fronterizo en Naidaș, condado de Caraș Severin.

El coche es una prueba en un procedimiento penal

El hombre, que conducía un Skoda Octavia, se presentó en el control para que los agentes llevaran a cabo las comprobaciones pertinentes. Entonces, saltó una alarma sobre el origen y procedencia del vehículo, que estaba catalogado como un activo buscado por las autoridades francesas para ser usado como prueba en un procedimiento penal.

El conductor confirmó que había comprado el coche en enero de 2024 y que desconocía su situación legal. El aviso se emitió en julio, según un comunicado de la Policía de Fronteras de Rumanía.

Ahora, este hombre se ha quedado, por el momento, sin su Skoda Octavia. Los agentes de Fronteras están llevando a cabo las pesquisas necesarias para aclarar la situación y, como consecuencia, incautaron el vehículo. Se estima que el vehículo tiene un valor de 13.000 euros y, lo más probable, es que no vuelva a las manos de su propietario actual.