Los cambios de doble embrague son las cajas automáticas más avanzadas del momento, porque combinan la rapidez, eficiencia y capacidad de control sobre el coche que aportan las cajas manuales, y también el confort que proporcionan los cambios automáticos clásicos (de convertidor de par). Los estrenó y popularizó el grupo VW, pero ya están presentes en muchas marcas. Alfa Romeo, por ejemplo, ofrece una caja de este tipo, denominada TCT, en su familiar compacto Giulietta.
Está disponible con dos motores de 170 CV, un 1.4 turbo de gasolina y un 2.0 turbodiésel. Y funciona bien, porque aúna confort y rapidez, reduce el consumo frente a las versiones manuales (medio litro en el gasolina) y cuenta además con levas para cambiar desde el volante. Tiene seis marchas y es más asequible de lo habitual en estos cambios: con el motor de gasolina implica un sobreprecio de 1.500 euros (23.740 euros), pero con el diésel solo sube 337 (25.797 euros), porque baja el consumo medio de 4,7 a 4,5 litros y permite que esta versión emita 120 g/km de CO2 y no pague impuesto de Matriculación.
El Giulietta es un familiar compacto de corte deportivo. Destaca por su diseño y comportamiento, porque tiene una dirección rápida y unas suspensiones con muy buen equilibrio entre estabilidad y confort. Así, permite disfrutar al volante en tramos de curvas y disponer también de una comodidad y aplomo adecuados para viajar por autopista. El cambio TCT refuerza tanto su confort como su toque deportivo, y es una opción recomendable. No alcanza la eficacia global de funcionamiento de las cajas DSG de VW (que son algo más rápidas), pero queda muy cerca y sale claramente menos cara. Y recoge algunas particularidades que gustarán a los conductores más deportivos: en modo secuencial ni reduce ni pasa a una marcha superior a no ser que lo solicite el conductor. En modo automático, en cambio, la caja lo hace todo sola y elige adecuadamente la marcha necesaria en cada situación.
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