La gasolina es un compuesto volátil, por lo que al almacenarse a presión atmosférica produce vapores. Y cuando la boquilla de la manguera detecta líquido o estos vapores, se cierra, impidiendo que se pueda repostar más combustible.
Pues bien, si se ‘saca’ ese aire interno, se podrán repostar más litros de gasolina, en el caso de un depósito de unos 50 litros de capacidad máxima, se podrán cargar unos 10 más.
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¿Cómo se quita ese vapor que genera el combustible?
En muchos coches se escucha cómo ‘expulsan’ el gas que acumulan nada más abrir el tapón del depósito de combustible. Pero si no lo hacen, casi todos tienen una especie de botón, interruptor o palanca en la entrada del depósito que, al apretarla con la propia boquilla de la manguera, deja expulsar estos gases.
De hecho, este truco lo realizan muchos empleados de gasolineras para poder cargar más gasolina cuando oyen lo de “lleno, por favor”. Y es que el mismo gas provoca una presión en el interior del depósito que hace que se cierre la manguera, algo similar a lo que ocurre si detecta el combustible líquido y que el depósito ya está prácticamente lleno.
¿Para qué sirve este truco?
Principalmente para ahorrar tiempo en repostajes. Sobre todo si se va a afrontar un viaje largo, ya que permitirá realizar menos paradas para echar gasolina, con el ahorro consiguiente de tiempo.
Pero, además, la acumulación de gases en el depósito puede aumentar la presión interna, lo que podría llevar a situaciones como peligrosas fugas ya que no hay que olvidar que este gas es inflamable.
Asimismo, la presencia de gases en el sistema de combustible puede afectar la mezcla de aire y combustible que llega al motor, reduciendo su eficiencia y rendimiento.
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