Los conocidos como radares autónomos ya han llegado a España. Concretamente, a Cataluña, donde hasta el Servei de Trànsit se ha sorprendido de la elevada cifra de infracciones que estos aparatos han conseguido detectar.
Las cifras hablan de casi 10.000 multas en tres días de funcionamiento. Estos carro-radares, como también se les conoce, están equipados con un sistema de medición láser muy sensible y pueden desplazarse solos a lo largo del arcén.
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La cámara del radar está colocada dentro de una caja protectora, blindada, por lo que estos carro-radares pesan más de una tonelada. Nada con lo que un vehículo agrícola no pueda.
Y es que en Francia, donde operan desde hace meses, estos carro-radares se han convertido en el objeto de la ira de muchos conductores. El culmen han sido las últimas protestas del sector agrícola, que también la ha tomado con estas cámaras blindadas.
Carro-radares envueltos en ‘film’
Aunque sus quejas están provocadas, sobre todo, por los últimos acuerdos entre la Unión Europea y Mercosur, los tractores han decidido atacar también a los radares autónomos. En vídeos compartidos en redes sociales, se ve cómo los agricultores llevan con sus tractores y otros vehículos industriales los carro-radares hasta las escaleras de un edificio de la administración francesa.
Además, uno de ellos lo envuelven con film como si se trata de un regalo, una acción que ya se ha visto en las carreteras francesas. Hace unos meses, varios carro-radares aparecieron ocultados y rodeados con balas de paja de más de 400 kilos y envueltos en plástico.
Los carro-radares son infalibles
En Cataluña solo operan dos radares autónomos por el momento: uno en la C-31 y otro en la AP-7. En tres días, han controlado el paso de 65.120 conductores, entre los que 9.980 han recibido una sanción. Después de estos días de vigilancia, se estima que casi el 23% de los conductores supera los límites de velocidad permitidos en carretera.
A estos dos ya operativos se van a sumar dos carro-radares más que solo operarán en Cataluña. El precio de estos cuatro radares autónomos ha sido de más de un millón de euros y, por el momento, no se conoce la ubicación de los otros dos que aún no están en funcionamiento.
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