Que Tesla iba a competir en las Electric GT Series era de sobra conocido, pero, aunque inicialmente estaba previsto que participara con el Model S P85, finalmente ha optado por utilizar la versión tope de su gama y, de paso, radicalizarla todavía más.
Así, la base de este modelo de competición es el Tesla ModelS P100D, pero ha sufrido importantes modificaciones. De entre todas ellas, dos destacan sobre el resto: la primera, una dieta que le ha llevado a perder 500 kilos de peso; la segunda, un aumento de potencia que lleva su propulsor eléctrico hasta los 778 CV. El resultado es una aceleración 0-100 km/h en 2,1 segundos, cuatro décimas más rápido que el P100D ‘Ludicrous Plus’ que, eso sí, es de calle.
También se beneficia de un mayor ancho de vías, una aerodinámica mejor gracias a los añadidos de la carrocería, un suspensión más deportiva, neumáticos lisos de competición y una jaula antivuelco.
Como curiosidad, el habitáculo ha quedado prácticamente limpio, pero se ha dejado, junto al asiento tipo báquet de fibra de carbono, la enorme pantalla central que caracteriza al modelo de Elon Musk.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram