¿Multa inminente? La verdad sobre la utilización de la luz interior del coche mientras se está conduciendo

Desvelamos uno de los mitos más extendidos entre los conductores españoles, exponiendo lo que dice la ley al respecto.

Luz interior coche
Luz interior del coche. | Getty Images

La pregunta siempre ha sido recurrente entre los conductores españoles al caer la noche: ¿se puede encender la luz interior del coche mientras se conduce? La creencia popular a menudo sugiere que esta acción puede acarrear una sanción económica, generando incertidumbre y, en ocasiones, impidiendo su uso incluso cuando es necesario. Sin embargo, la realidad legal cuenta con más matices de lo que se piensa.

La Dirección General de Tráfico (DGT) no prohíbe explícitamente el uso de la luz interior del habitáculo durante la marcha. No existe un artículo en el Reglamento General de Circulación que establezca de forma clara una multa por esta acción. Sin embargo, esto no significa carta blanca para un empleo indiscriminado. La clave reside en cómo el encendido de esta luz puede afectar la visibilidad y, por ende, la seguridad al volante.

¿Qué dice la ley?

El artículo 18 del Reglamento General de Circulación es el que podría entrar en juego en este caso y establece que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.

Si la luz interior es tan potente que deslumbra al conductor o reduce su capacidad para ver la carretera, especialmente de noche, un agente de tráfico podría considerar que se está infringiendo esta normativa general. La multa, en estos casos, no sería por encender la luz en sí, sino por conducir, sin la diligencia y precaución debidas, una infracción que podría ser de hasta 100 euros, sin retirada de puntos en el carnet de conducir.

¿Cuándo se puede encender la luz de cortesía?

La luz interior del vehículo, conocida comúnmente como luz de cortesía, está pensada para ofrecer visibilidad en momentos puntuales. No obstante, su uso debe ser prudente y limitarse a las siguientes situaciones para no comprometer la seguridad:

  • Vehículo detenido o aparcado: el momento más seguro para utilizar la luz de cortesía es cuando el coche no está en movimiento. Si es necesario buscar algo, revisar un documento o, simplemente, organizar el interior del vehículo, lo ideal es hacerlo con el coche estacionado.
  • Situaciones de urgencia o necesidad puntual: hay ocasiones en las que encender la luz es inequívoco y necesario. Por ejemplo, si un pasajero requiere atención inmediata o si surge alguna pequeña emergencia dentro del habitáculo. En estos casos, el uso de la luz debe ser limitado, sin que se prolongue innecesariamente.
  • Uso por parte de los acompañantes: los pasajeros, tanto el copiloto como los que viajan en los asientos traseros, pueden necesitar la luz para consultar un mapa, mirar algo en su teléfono o encontrar un objeto personal. Es importante que esta operación se realice de manera rápida y, fundamentalmente, que no distraiga al conductor ni afecte su visión.

En definitiva, la luz de cortesía es una herramienta útil, pero su empleo debe regirse por el sentido común y la prioridad de mantener la máxima seguridad durante la conducción.

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